Páginas

lunes, 18 de septiembre de 2023

La Rueda de la Vida


 

Dra. Sandra Gómez



Estimados lectores, después de un largo descanso de escribir hoy retomo esta actividad. La vida es un camino que se recorre como si para llegar de un punto a otro, fuéramos nosotros la minúscula pieza externa de la RUEDA, esto quiere decir que en el RODAR, se va haciendo camino al andar (…) a veces estamos arriba y otras abajo.



¿Nuestro recorrido inicia en la concepción? o para algunos otros inicia en el momento de arribar, es decir al nacer; en cualquier caso, dejamos de contar cuando se declara la muerte. A nuestro trayecto le llamamos VIDA. El siguiente escrito tiene como propósito hacerte reflexionar sobre tu trayectoria.

Mi psicóloga me dijo en alguna ocasión, no podemos competir con otras mujeres en belleza y/o edad, pero sí en experiencia y trayectoria. Para mí, la trayectoria es un camino elegido por nosotros o por el entorno, que refleja la forma en que has internalizado las vivencias. El camino lo eligen otros cuando no eres capaz de tomar una decisión y te dejas llevar por lo que otros te señalan, en muchos casos los llamamos creencias limitantes y/o paradigmas (entendidos como modelos de crianza).


Para quienes somos creyentes de Dios, la muerte es solo un paso para dejar nuestro recipiente corpóreo (cuerpo), sin embargo, la vía transitada en esos puntos altos y bajos tiene alegrías y tristezas, placer y dolor; justo como un PULSO, que nos indica el latir de nuestro corazón, mismo que para la ciencia es el indicativo de que estamos vivos, en los bebes el pulso es muy acelerado y varia en diferentes rangos a lo largo de nuestro trayecto.

Anoche, hablando con una paciente me decía que su madre estaba muy delicada de salud e inicio su comentario diciendo tiene “76 años” (…). Mi respuesta fue: la edad es solo un número, no se está enfermo por tener 7 o 70, son otros los factores que determinan nuestro estado de salud.





La salud debe ser vista como algo integral, es aquello que se refleja en el cuerpo y lo que se creó en la mente. Ambas coexisten y deben ser atendidas por igual. Esto debe ser enseñado a muy temprana edad, y debe fortalecerse a lo largo del desplazamiento corpóreo, luego entonces debe desarrollarse la “inteligencia emocional” vista como el autocuidado del alma y el auto-cuidado del cuerpo, poniendo en práctica experiencias propias y ajenas que sirvan de ejemplo para la formación de un juicio interno que fortalezca la crítica, que a su vez permita el crecimiento personal, trabajando la autorreflexión, con preguntas como: ¿Qué aprendí hoy?, ¿Para qué me paso esto?, ¿Qué dirección o rumbo voy a seguir?, estas preguntas te conducen en el camino del desarrollo del “sentido común”, que a su vez te pone en una zona “segura”, libre de malas influencias y decisiones de riesgo en contra de tu integridad física y/o emocional.


Mucho se habla de la FELICIDAD, y la gente lo quiere alcanzar como si esta fuera su META en la vida. La felicidad está presente por momentos y forma parte del paisaje que vemos al hacer el recorrido, no debe ser confundida con la euforia “puntual” que se da en casos específicos. No son necesarias las drogas para alcanzar esos “picos de felicidad”, lo que sí es necesario es tener un grado de sapiencia que te permita con madurez hacer un juicio objetivo de tu recorrido, y permitirte disfrutar al máximo tus logros que son tus ¿para qué vivo?, a la vez de que desarrollas la pericia al elegir que nuevas experiencias formaran parte de tu historia de vida.





¡La muerte siempre está a tu lado!, es uno de los destinos de tu ruta, ¿Acaso decides tu cuando morir?, ¡yo digo que NO! Lo que si hacemos es aumentar las probabilidades de morir al dejar de observarnos, al dejar de reflexionar sobre nuestras emociones, y “justificar”, a través de culpar a otros por lo que sentimos y a la edad por lo que se ve en nuestro cuerpo, sin hacernos conscientes del cómo es que nos tratamos. En ambos casos estamos equivocados si pensamos así. El alma se regula con nuestros pensamientos, uno a uno, segundo a segundo y el cuerpo se debe mantener en movimiento, paso a paso. El equilibrio entre lo que hacemos por nuestro cuerpo, por ejemplo: como alimentarnos adecuadamente, hacer ejercicio y lo que nos decimos (pensamientos inconscientes) segundo a segundo sobre nuestro propósito de vida, marca la diferencia. Da GRACIAS por lo que tienes y haz consciente tus capacidades, destrezas, habilidades y ponlas al servicio de los demás, disfruta de poder compartir lo que sabes, pregúntate del mundo: ¿qué ignoras?; siempre hay algo “diferente”, comprende que lo diferente no es “bueno o malo” es simplemente diferente. Escucha el doble de lo que hablas, vive en paz, armonía y AMOR, primero por ti y después por todos los demás. Recuerda que no se puede dar aquello que no se tiene. ¡Enfócate!, pon atención a tus metas de salud, dinero y amor, y aprovecha la rueda de la vida para disfrutar el hoy sin ansiar un mañana.


En conclusión, si deseas “morir bien”, ocúpate de VIVIR mejor, ocúpate de ejercitar tu cuerpo y de contarte historias de éxito plausibles. Tu cuerpo es un templo y tú decides como mantenerlo, hazte amiga de la muerte, de todas formas, siempre está PRESENTE como opción, ¿Quién dirige la rueda de tu vida?, ¿son tus modelos de crianza?, o acaso ya tienes el control.

Hasta la próxima historia de vida…



*Dra. Sandra Gómez. mde966@gmail.com





1 comentario: