Sobre todo, debemos intentar estar
completamente seguros de que no lo estamos retrasando porque tenemos
miedo.
— Doce Pasos y Doce Tradiciones, p. 85
El
tener valor, el no tener miedo, son regalos de mi recuperación. Me
hace posible pedir ayuda y seguir haciendo mis enmiendas con un
sentido de dignidad y humildad. Para hacer enmiendas se requiere
cierta cantidad de honestidad que creo que me falta; sin embargo, con
la ayuda de Dios y la sabiduría de otros puedo buscar adentro y
encontrar la fortaleza para actuar. Mis enmiendas pueden ser o no ser
aceptadas, pero después de que están hechas puedo caminar con un
sentimiento de libertad y saber que, por hoy, yo soy responsable.
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