Salvador Mateo
Para los que no realizamos trabajo de investigación directa y
tenemos la necesidad de acercar la lupa sobre algunos temas que
afectan la vida diaria del pueblo de México, nos queda la opción de
buscar información de especialistas que publican sus investigaciones
de diversos temas en algunos sitios digitales como la revista
www.nexos.com.mx, en donde está disponible un estudio más profundo
realizado por investigadores de la universidad nacional autónoma de
méxico (unam) sobre la caída de la pobreza multidimensional en 2022
revelada por el consejo nacional de evaluación de la política de
desarrollo social (coneval) en su reciente informe.
Los
autores destacan que durante los años 2016, 2018 y 2020, el Coneval
había dado conocer dos cifras de pobreza, una en la que emplea
directamente los datos de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de
los Hogares (ENIGH) y otra en la que obtiene los datos de ingreso del
Modelo Estadístico de Continuidad (MEC), el cual acomplementa y
completa la serie de pobreza que había marcado en años anteriores.
Sin embargo, para este 2022 el Coneval solo difundió las cifras del
ENIGH, pero no las del MEC. O sea, el Coneval midió la pobreza en
forma incompleta y se le señala que omitió la serie que no
resultaba favorable para el gobierno.
Los que nos hemos echado
a cuestas la honrosa tarea de organizar y educar al pueblo trabajador
para que tome en sus manos las riendas del poder de la nación y
desde alli impulse nuevas medidas económicas para hacer de México
una patria más próspera y justa en beneficio de todos, debemos
hacerle ver la terrible realidad en que vive, incluidas las personas
como los Adultos Mayores a los que, en efecto, a diferencia de
sexenios anteriores, este gobierno si les está entregando un poco de
dinero del erario público que generamos todos los mexicanos.
Como
es del dominio público, el grupo político que arribó al poder de
la nación en 2018, se dio cuenta oportunamente que entregar apoyos
asistenciales a este sector de la población es redituable
electoralmente, es decir no les interesa acabar con la pobreza, sino
generar clientela electoral. La historia ya ha demostrado que las
dadivas que fueron entregados en gobiernos no han acabado la pobreza,
y en el actual no es la excepción.
Los investigadores de la
UNAM destacan: los dineros dispersados por el gobierno mediante sus
programas sociales tienen un efecto más bien reducido. Por ejemplo,
en 2022, sin dichos programas, la pobreza habría sido mayor en 2.1
puntos porcentuales y en 2018 en 1.2 puntos porcentuales, lo que
quiere decir que la reducción en 2022 fue apenas 0.9 puntos
porcentuales, mayor que la alcanzada en 2018. Esto en la reducción
de pobreza, pero el porcentaje de las personas en situación de
pobreza extrema aumentó del 7.4 por ciento en 2018 a 8.7 por ciento
en 2022.
Esta realidad no podrá ser cambiada con discursos
adormecedores, pero los engaños y la manipulación oficial que se
lanza todos los días y a todas horas desde Palacio Nacional, si
hacen mucho daño al pueblo trabajador. Al tratar de ocultarle la
realidad, se evita la posibilidad de que pueda buscar alternativas
para salir de la situación en que vive. Por lo que es necesario
hablarle con la verdad.
El pueblo de México, no puede perder
de vista que la pobreza aquí y en todo el mundo tiene varias
dimensiones. Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU): la
pobreza no es sólo económica. La malnutrición, la corta esperanza
de vida, la falta de agua potable y de sistema sanitario, la
enfermedad, el analfabetismo, la imposibilidad de acceder a la
educación, a la cultura, a la atención sanitaria, al crédito o al
capital, también son formas de pobreza.
Asimismo, el Coneval
para registrar la evolución de la pobreza a lo largo del tiempo toma
en cuenta el acceso a servicios básicos en la vivienda en la
medición multidimensional de la pobreza. El indicador de carencia
por acceso a los servicios básicos en la vivienda incluye cuatro
elementos: la disponibilidad de agua potable, disponibilidad de
drenaje, servicio de energía eléctrica, y el tipo de combustible
utilizado para cocinar.
Los que orgullosamente formamos parte
del Movimiento Antorchista, desde nuestra aparición en el escenario
nacional hemos reiterado que nuestro principal y único enemigo es la
pobreza. Por eso, desde hace casi cinco décadas hemos venido dando
una lucha incansable ante los tres niveles de gobierno, no solo por
apoyos asistenciales, sino por servicios básicos. Nos dimos cuenta
oportunamente que la falta de servicios públicos también son formas
de pobreza.
Los que conocemos directamente la pobreza, si bien
es cierto que para hacer nuestras denuncias nos apoyamos en las
estadísticas oficiales, es para hacer ver que nuestras demandas, son
justas y legitimas. Pero sobre todo, destacar que existe información
generada por los organismos autónomos como el Inegi que tienen
disponible las autoridades para tomar decisiones en materia de
carencias sociales. Por ejemplo, el mismo Coneval revela que casi la
tercera parte de los habitantes del estado de Jalisco, es decir, 2.4
millones de jaliscienses sufre carencia de agua.
De acuerdo
con el Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua en
el Estado de Jalisco, 159 colonias y otras 55 ubicadas en zonas altas
sufren por los tandeos en el Área Metropolitana de Guadalajara. Sin
embargo, aunque los habitantes no acceden al vital líquido de forma
constante, las industrias, comercios y oficinas de Gobierno
mantuvieron el mismo gasto.
El pueblo de Jalisco y de México
tiene que informarse y rebelarse contra las injusticias, no puede
conformarse con ver que el gobierno reparte dinero para manipular,
mientras deja al país sin médicos ni medicinas, sin escuelas, sin
guarderías, sin agua potable, sin drenaje ya sea sanitario o
pluvial, así no se reparte la riqueza, porque lo hacen a costa de
que la economía no crezca y no mejoran los salarios.
Para
repartir la riqueza primero hay que producirla y cuando ya está
producida no se puede regalar en forma de dádivas a la gente;
repartir la riqueza es crear escuelas, hospitales, crear
infraestructura en los pueblos, agua, electricidad, banquetas,
pavimentos, espacios públicos, unidades deportivas, laboratorios,
etc., y también para darle empleo y buenos salarios a la gente; así
se reparte la riqueza social. Solo así se podrá acabar con la
pobreza, como propone el Movimiento Antorchista Nacional.
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