Guadalupe Valle Chávez
Los cinco jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno, Jalisco, son una muestra más de la política equivocada del gobierno de la 4T en materia de seguridad pública, y de los niveles que ha alcanzado en nuestro país la delincuencia organizada. Cabe señalar que no son los únicos crímenes cometidos en los últimos días, se sabe de otros casos de jóvenes desaparecidos, pero la noticia no se ha viralizado, tal es el caso de un joven de 28 años, trabajador de una plataforma de Uber en Ciudad Guzmán, Jalisco, del cual se sabe que fue a dar un servicio a la ciudad de Uruapan, Michoacán y ya no regresó, apareció su cuerpo ya sin vida, casos que se repiten lamentablemente. La delincuencia campea y la educación de los jóvenes de mal en peor.
La política de “abrazos no balazos” del gobierno de la 4T sólo ha repercutido en un incremento vertiginoso de la delincuencia; lamentablemente son los jóvenes las víctimas y los victimarios, el entorno social es el caldo de cultivo para que se resientan estos terribles resultados, la pobreza que aumenta cada día y la falta de un sistema educativo que eleve las capacidades de la juventud y le permita colocarse en un empleo digno y bien remunerado hacen de la delincuencia el camino fácil.
Ahora vemos cómo la política educativa del gobierno de la 4T no se preocupa por fortalecer los niveles de conocimientos de los alumnos, no se preocupa de darle a la juventud herramientas para el futuro, sólo de cubrir el requisito.
Desde que Andrés Manuel López Obrador asumió el poder político y se convirtió en el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, la política en materia de educación ha sufrido una serie de cambios, que parecen indicar que lo que se busca en desaparecer la educación pública y gratuita como indica el artículo 3 de la Constitución Política Mexicana, pues el gobierno de la 4T empezó reduciendo considerablemente el presupuesto destinado a este rubro, siguió con otros recortes presupuestarios y cambios de programa; lejos de incentivar el programa de las escuelas de tiempo completo lo desapareció y en su lugar apareció el programa denominado “La escuela es nuestra”, con más recortes al presupuesto, hasta que, finalmente, apareció en estos días el cambio de contenido a los libros de texto, que sensiblemente redujo el número de páginas destinados a las matemáticas, entre otros cambios importantes en el contenido de esos libros. Hasta llegar a la “Nueva Escuela Mexicana” que es una justificación a su negligente política educativa.
A todos los niveles de la opinión pública se ha desatado una polémica en torno a los nuevos libros de texto, se cuestiona que tienen errores gramaticales, que se redujo el número de páginas dedicadas a enseñanza de las Matemáticas hasta quedar en 20, que se introducen conceptos de ideologización de apoyo al gobierno de la 4T, en fin, todos esos elementos nos dicen a las claras que estamos ante un proceso de involución en la enseñanza básica.
La educación en nuestro país va de mal en peor, en momentos en los que se hace más necesario dotar a los niños y jóvenes de una base cultural y científica acorde con el desarrollo de la ciencia y la tecnología, se retrotrae esa educación y se prefiere que el pueblo permanezca ignorante y vaya a engrosar las filas de la delincuencia.
Los resultados están a la vista: en lo que va del sexenio van más de 160 mil homicidios dolosos, supera en este tiempo a los gobiernos de los sexenios anteriores, un dato incontrovertible a pesar de que el presidente diga que tiene otros datos, no hay un real combate a la delincuencia como fue la promesa de AMLO en campaña; por otra parte, la educación en México la llamada Nueva Escuela Mexicana que está por implementarse en el próximo ciclo escolar tiene muchas objeciones, especialmente los errores en los libros de texto, en lo que se advierte la equivocada política en materia educativa del gobierno morenista, y todo parece indicar que redundará en un rotundo fracaso.
Ambas políticas, la educativa y la de seguridad social, tienen que rediseñarse urgentemente, necesitamos que haya un cambio real, pero en sentido progresivo, de una real educación al pueblo de México, para hacerlo más competitivo y acorde con las necesidades del desarrollo social y económico de nuestro país y un cambio radical en la política de “abrazos no balazos” que ponga un freno a la delincuencia, ambos flagelos que azotan al pueblo pobre de México, pero ese cambio no lo podrá hacer el gobierno morenista tendrá que ser el pueblo pobre de México organizado.
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