jueves, 10 de agosto de 2023

Las nieves de antaño que perviven en la ciudad


Fernando G. Castolo



Un niño ordinario pide, con el acostumbrado entusiasmo, un barquillo con nieve. A la distancia se aproxima el carrito de las nieves con el peculiar sonido que emite la chicharra que la anuncia. Es el año de 197... Por los diversos barrios de la pequeña urbe deambula el carrito de las nieves de garrafa "La Reynita".


Es domingo, y es día de disfrutar de un agradable postre helado, sea de chocolate, limón, vainilla, nuez o fresa. Con las ansias infantiles, durante toda la semana, esperábamos el domingo para que nuestros padres nos deleitaran con las delicias del nevero. Hoy, en 2023, he vuelto a ver a aquel nevero de mis años tiernos.


Una muy agradable sorpresa observar que pervive y que aún arranca sonrisas gracias a sus delicias. No sé cómo se llama, pero me consta que su presencia en el paisaje urbano de Ciudad Guzmán cuenta más de cuarenta años.





Conserva su rostro bronceado y afable, siempre dispuesto en ofrecer su producto con aquella generosa vocación de un servicio que abrazó hace varias décadas. Es él, me dije, y otras voces coincidieron en señalarlo como el que hace más de cuarenta años, se robaba las sonrisas de los niños que, bulliciosos, corríamos tras sus deliciosas nieves de garrafa. Sea, pues, este breve texto, un homenaje sincero a los neveros de nuestra ciudad.


*Historiador e investigador.



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