Colima. El latido de sus años, un hermoso documento para la posteridad

 

Fernando G. Castolo

Como parte de los actos conmemorativos a los 500 años de la ciudad de Colima, la gobernadora del Estado del mismo nombre, Indira Vizcaíno, encabezó la presentación de un monumental libro que relata los aconteceres, en el devenir histórico, que han definido el orgullo de ser colimenses. El trascendental documento bibliográfico lleva por título "Colima. El latido de sus años", y reúne a más de 200 colaboradores entre escritores, investigadores, académicos, fotógrafos, ilustradores, artistas, poetas, científicos y un largo etcétera de especialistas que van hilvanando en ocho capítulos la grandeza de la primitiva villa de Colima, hoy convertida en gran ciudad capital.

La coordinación de esta valiosa memoria, herencia para las futuras generaciones, estuvo a cargo del prestigiado Doctor don José Miguel Romero de Solís, así como de la colaboradora del INAH Colima María Irma López Rasgado, quienes se echaron a cuestas la titánica empresa que abarcó cuatro años de arduo trabajo, en la auscultación y selección del hermoso material que fue diseñado finalmente en la casa de Puertabierta Editores, empresa local del reconocido don Miguel Uribe Clarín.

El libro, como bello objeto de colección por su sobrada calidad, se conforma de 430 páginas de papel couché y pastas duras, en tamaño oficio, en las que diversas voces narran, desde su particular perspectiva, los episodios que han marcado el sentido e identidad de Colima y sus habitantes.

Destacan entre los colaboradores dos orgullosos hijos de Ciudad Guzmán: los jóvenes fotógrafos Alejandro González Cuevas y Christian Villicaña, quienes han posicionado su nombre y su profesión entre lo más granado que ofrece la vecina Ciudad de las Palmeras.

En la presentación destacó Romero de Solís que la obra, como las manos cuando desean tomar el pulso, busca el corazón, llegar al corazón, para escuchar sus latidos; y, como el corazón, Colima está más viva que nunca, porque su latido es más fuerte al paso de sus años.

El libro, en sí, es un muy sentido homenaje a Colima y a su gente; es una celebración a reconocerse como parte de esta emblemática geografía del occidente mexicano. Vaya, pues, desde la antigua Zapotlán el Grande, nuestro reconocimiento por esta importante aportación a la bibliografía regional, a todos los que la hicieron posible.