Nuestras mismas vidas, como ex bebedores
problema que somos, dependen de nuestra constante preocupación por
otros y de la manera en que podamos satisfacer sus necesidades.
—
Alcohólicos Anónimos, p. 19-20
Mi problema era el
egocentrismo.
Toda mi vida la gente había estado
haciendo cosas por mí y yo, no sólo lo esperaba, sino que era
malagradecido y estaba resentido porque no hacían más. ¿Por qué
debía ayudar a otros cuando eran ellos los que debían ayudarme a
mí? Si otros tenían dificultades, ¿no se lo merecían? Yo estaba
lleno de autocompasión, de ira y de resentimiento. Entonces llegué
a darme cuenta de que ayudando a otros, sin esperar recompensa,
podría superar esta obsesión egoísta, y también que si yo
comprendía la humildad, conocería la paz y la serenidad. Ya no
necesito beber.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario