lunes, 14 de agosto de 2023

491 años de la fundación de esta gran Ciudad Guzmán


 

Fernando G. Castolo*



Al arribo de los peninsulares a los territorios de la antigua Mesoamérica, la historia inició un proceso de reescritura, borrando ancestrales testimonios de las culturas originarias. Muy poco se conoce sobre el pasado prehispánico de las civilizaciones nativas, y solamente se reconoce este pasado gracias a los hallazgos de cerámica, enterramientos o estucturas que perviven; lo demás es producto de la reconstrucción que especialistas como los arqueólogos realizan como parte de esta disciplina interpretativa.


Los primeros peninsulares que reconocen la zona del primitivo Tlayolan llegan en 1521, al tiempo en que era sometida la antigua Tenochtitlan, capital del imperio azteca. Vino a estos lares, en carácter de explorador, don Francisco Cortés de San Buenaventura, primo del gran conquistador don Hernando, tomando estás tierras como parte de las encomiendas que le correspondían, las que tuvo en disputa con el fundador de la Nueva Galicia don Nuño Beltrán de Guzmán.


Al final se quedaron para Cortés y fueron parte de los territorios de la Nueva España, y así prevaleció durante casi todo el período virreinal. Hacia 1529, persuadido por el capitán Beltrán de Guzmán, fray Juan de Padilla, de la segunda barcada de evangelizadores franciscanos llegados del viejo mundo, observa por vez primera el esplendoroso valle que se abría ante sus ojos, pero no pudo hacer nada. Retorna hacia el año de 1531, pero no contó con los apoyos de sus superiores para iniciar su gran proyecto de catecumenado.





No fue sino hasta el año siguiente en que, finalmente, lleva a cabo la gran proeza de cristalizar su plan fundacional, empezando por nahuatlizar a los nativos, a fin de uniformar una lengua entre ellos y, posteriormente, castellanizarles; por ello es que en la región se perdió cualquier vestigio de antiguas culturas y el náhuatl se adoptó como lengua madre. Son varios los cronistas e historiadores de los siglos XVI, XVII y XVIII quienes argumentan que el hecho se verificó en el Año del Señor de 1532, poniendo al pueblo bajo la protección de Santa María en su Asunción, bautizándole así, y cumplimentando este nombre con el de Tzapotlan, por haber encontrado en sus suelos abundantes frutos llamados zapotes.


Entonces, la ciudad hispánica, en su fundación eclesiástica (no civil), en realidad cumple su 491 aniversario, contrariamente a lo que se conmemora, en base a una acotada tradición sentada hace varios años; sin embargo, somos ciertos en señalar que hoy en día se tiene acceso a varias importantes fuentes primarias que se pueden consultar por diversos medios. Estamos a nueve años de llegar al gran festejo de los 500 años de vida de esta gran ciudad, la antigua Zapotlán, la orgullosa Ciudad Guzmán.


*Historiador e investigador.



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