Pedro Vargas Avalos
Los
mexicanos -unos actuando, otros coadyuvando, muchísimos criticando y todos
atentos- nos encontramos hoy por hoy, inmersos en las incógnitas de la sucesión
presidencial, así como de quien será gobernador, o alcalde, diputado local o
federal, senador, y hasta munícipe. La mayoría de las pláticas versa sobre esos
temas o al menos, se salpican invariablemente de tales tópicos.
La política, en una de sus
acepciones, se entiende como la habilidad que, bajo ciertos principios
ideológicos, u opiniones referentes al gobierno de los grupos humanos, las
naciones o los Estados, a través de normas y actos, mantienen el orden, la
tranquilidad publica y facilitan el desarrollo social y administran la justicia.
Las políticas públicas, vienen a ser los procedimientos en que los gobernantes
enfrentan los asuntos de interés social y público, por ejemplo, la política de
educación, de seguridad, salarial, campesina o de vivienda. Pero también
política es toda actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos
públicos, lo cual puede ser con su opinión, con su voto, o de cualquier otro
modo.
En la vida diaria, solemos decir que,
si alguien es de buen trato hacia los demás, tiene sentido político, es decir,
sabe conciliar y manejar las relaciones humanas. Por ello, el político debe ser
ducho en el trazo con que se conducen los asuntos, a fin de alcanzar un propósito
específico. Y su estilo debe ceñirse al correcto comportamiento.
No obstante, lo anterior, resulta
que la política y obviamente quienes la practican, suelen adoptar actitudes muy
distintas a lo ortodoxo. Una impropia, pero común estilo de hacer política, es
la conocida como de “campanario”, en la cual solo cuentan los intereses de
grupo o de localidades. Y entonces entran en juego los malos políticos, esos
sujetos que sin escrúpulos ni ética, actúan con intrigas, difunden chismes y
apelan a la bajeza; son personas sin principios, quienes para alcanzar su meta,
aplican la regla de que, el fin justifica los medios. Estos son los
politicastros, personajes ineptos que llegan a la ruindad, pero simulan conocer
la genuina política. Al respecto, el filólogo jalisciense Alberto M. Brambila
(1884-1974), nos dice en su singular obra “Lenguaje Popular en Jalisco” (premio
Jalisco 1957) que política es “el arte de engañar al pueblo” y enseguida apunta
que familiarmente, hacer política, es “Buscar hipócrita
y cautelosamente el modo de desplazar a un individuo de su empleo, restarle
amistad, etc.”
Cuando sucede lo anterior, decimos
que hay jaleo político, y sus partícipes con briosa cauda de simpatizantes, se
tironean. Desde luego que la población -no solo a los votantes- los que más
atraen, son los aspirantes a candidatos para ocupar el palacio nacional. Y
entre los más avanzados hasta estos días, son los seis competidores del partido
Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) junto a sus aliados, los del partido
del Trabajo (PT) y el de las cuatro siglas: PVEM, al que muchos de sus censores
lo señalan como de las cuatro mentiras, es decir: ni partido, ni verde, ni
ecologista y ni tan siquiera mexicano. Ahora hacen recorridos (por no decir
campañas) para, tras varios sondeos de opinión, decidir quien es el "coordinador
de los comités de defensa de la Cuarta Transformación", que, en plata
pura, será el candidato a la presidencia.
Por el lado de la oposición, se
encuentran fraguando como postular a su abanderado. A la fecha han transitado
por senderos sinuosos y no acaban de fijar reglas y aspirantes. Recordemos que
el señor Claudio X. González Guajardo, se ha convertido en una especie de guía
y gurú de los oposicionistas a la Cuatro T, a MORENA y el
lopezobradorismo. Precisamente, ante esa
ambigüedad fue que, en octubre 13 del año pasado la cadena informativa INFOBAE,
publicó que AMLO mencionaba a 43 mexicanos como el grupo de donde saldría su
candidato, bromeando sobre quien daría el “dedazo”. Hace unos días informó el
mandatario, que ya sabía el nombre del “tapado” y pronto lo daría a conocer: la
expectativa es grande para saberlo.
Esos impugnadores del gobierno obradorista,
de la Agrupación “Sí por México”, transitaron a otra denominada “Va por
México”, donde las estrellas siguen siendo los mismos: PRI, PAN, PRD y Claudio
X. González, con sus membretes y cofrades.
Todos ellos han pedido al Partido Movimiento Ciudadano (MC) de Dante
Delgado, que se les una, para así hacer más viable su triunfo electoral el año
venidero. Pero este avezado veracruzano se ha negado. A fines de enero de este
año, se formó una entelequia que denominaron “Méxicolectivo”, en la cual, si
estuvo presente el dueño de MC, manifestando este, “que el objetivo de
“Mexicolectivo” no es, por ahora, definir una candidatura presidencial, aunque
dijo que la organización sí hará planteamientos políticos y electorales en la
segunda mitad del año”. (El País, 30-ene-2023). Ahora expresaron, el lunes 26
de junio, los partidos asociados de Acción Nacional (PAN), Revolucionario
Institucional (PRI) y de la Revolución Democrática (PRD), junto con
organizaciones de la sociedad civil, la formal integración de un Frente Amplio
por México. (FAM). Ese día se anunció que “el proceso para elegir al
responsable de la construcción del Frente Amplio por México y virtual candidato
de la oposición para 2024 consistirá en tres etapas, las cuales arrancarán con
el registro de los aspirantes y concluirá con la selección de uno de ellos”. El
inicio será el 4 de julio y terminará cuando se diga el nombre de la persona “responsable
de la construcción del Frente Amplio Por México”, que a la hora buena será el
aspirante de la oposición a la primera magistratura nacional.
Pero como escribió nuestro paisano
Brambila Pelayo y citamos líneas arriba, “hacer política, es buscar hipócrita y
cautelosamente la manera de desplazar a un individuo”, en todos lados, ya sean
morenistas y sus “corcholatas” que buscan por encuesta escoger a su
“Coordinador defensor de la Cuatro T” o al que construirá el FAM. Y entre
tanto, tironeos y jalones a lo largo y ancho de nuestra Patria. A título de
querer piso parejo para su proyecto, se deslizan ataques y descalificaciones:
que el exsecretario de gobernación gasta mucho; que la jefa de gobierno de la
ciudad de México, recibe apoyos subterráneos para alzarse con la victoria; que
el excanciller, operó con sus colaboradores para sacar ventaja; que el apoyado
por el Verde, presume de recursos, y hasta el peleador suspirante por el PT,
habla de ventajas se han de sus competidores.
Los opositores, a pesar de que aún
no se dice formalmente quienes serán, algunos como Lily Téllez, “se bajaron del
Tren” por que no hay tierra lisa sino inequidad. Otra preaspirante, y
expresidenta del partido tricolor, se zafó porque no está de acuerdo en una
simulación dentro del proceso para nominar candidato opositor. En fin, hasta
voceros de organismos no gubernamentales (ONG’S), argumentan no habrá el
prometido proceso ciudadano, y agregan “cuestionamientos, dudas y hasta
críticas entre los propios aspirantes presidenciales de los partidos y de los
que ellos llaman “sociedad civil”. (Sin Embargo, 27 junio 2023).
Y eso que presenciamos en la lid por
llegar a la “grande” (la presidencia de la república), de tirones a diestra y
siniestra, se repite entre los suspirantes de las gubernaturas, y los que
pretenden ser o añoran volver a ser, alcaldes. Gastan del dinero que no es
suyo, rebasan lineamientos electorales, deslizan notas dañinas para sus
contendientes, y mañosamente se dan baños de pureza, con la mira de llevar agua
a su molino. Y este jaloneo, en vez de amainar, crecerá conforme se acerquen
los momentos de las definiciones. Así pues, debemos estar muy avispados y no
caer en el juego de estos señores y mujeres, que, en aras de triunfar, no se
miden. Pero si muchos son de tal catadura, los que realmente vamos a decidir con
nuestro sufragio, somos los ciudadanos, y por lo tanto, estemos ajenos a los
jaleos y codazos de los políticos y sus parciales, que buscan embaucarnos.
Mejor esforcémonos por estar bien informados para que llegado el momento,
nuestro voto, libre y secreto, sea el que defina, sin más compromiso que el
bien de México, los comicios cruciales del 2024.
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