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miércoles, 12 de julio de 2023

Los rieles del progreso


  

Fernando G. Castolo*

 

 

La red ferroviaria Guadalajara-Manzanillo tuvo un costo, en su época, de veinte millones de pesos. La infraestructura, entre otras características, se conforma de 2 kilómetros 285 metros de túneles; además, entre Tuxpan y Colima, en la llamada zona de las barrancas, se construyeron catorce puentes que en total representan 3 kilómetros 943 metros de viaducto.



La ruta de Guadalajara a Ciudad Guzmán fue inaugurada, con la gran pompa, el 10 de julio de 1901. El primer convoy, con su raudo penacho de humo y el estruendo de sus ruidos, se aproximó al edificio de la Estación, donde un importante número de vecinos de la ciudad y la región se dieron cita para ser testigos y copartícipes del magno acontecimiento.


El discurso de bienvenida lo ofreció el Dr. Enrique Sandoval (el famoso "gallo mojado", el del portal). Al término de la ceremonia un tremendo aguacero cubrió los cielos, y en muy poco tiempo la Estación se vio anegada en medio de un mar de aguas corrientes. Entonces, para poder trasladar a los selectos personajes hacia la población, fue necesario rentar barcazas de los laguneros, quienes hacían una especie de par vial que iba de la Estación hasta el Santuario (entonces, de Nuestra Señora del Sagrado Corazón) y viceversa.


 Por la noche, una gran misa de función en la recién inaugurada Parroquia Principal (hoy Catedral), donde el orador el canónigo Ramón López Ochoa ofreció una emotiva homilía en la que ventiló interesantes conceptos sobre la llegada del ferrocarril. En la noche, finalmente, tuvo verificativo un baile de gala, en la residencia del citado Dr. Sandoval, en honor del Señor Gobernador quien disculpó su ausencia. Pasarían todavía siete años más para dejar en servicio el ramal que comprende de Guadalajara a Manzanillo, recepcionándose al Presidente de la República don Porfirio Díaz quien, el 12 de diciembre de 1908, pone personalmente en marcha uno de los grandes proyectos de su larga y progresista administración gubernamental.





Hoy, con cierta nostalgia, recordamos el feliz acontecimiento que unió a la populosa Ciudad Guzmán con los principales polos comerciales del país, sucumbiendo a la vez la próspera actividad mercantil de la región al no poder competir con los precios ofertados en las otras importantes plazas del territorio nacional.


 Como testigo mudo del movimiento que generó el ferrocarril en la comunidad, todavía es posible admirar la antigua Estación (espacio cultural administrado por el Gobierno de Jalisco), así como el casco de lo que fue el Restaurante "Máquina 501", hoy convertido en oficinas generales del OPD Comité de Feria, conjunto arquitectónico emplazado hacia el poniente de nuestra mancha urbana.


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