Fernando
G. Castolo*
La red
ferroviaria Guadalajara-Manzanillo tuvo un costo, en su época, de veinte
millones de pesos. La infraestructura, entre otras características, se conforma
de 2 kilómetros 285 metros de túneles; además, entre Tuxpan y Colima, en la
llamada zona de las barrancas, se construyeron catorce puentes que en total
representan 3 kilómetros 943 metros de viaducto.
La
ruta de Guadalajara a Ciudad Guzmán fue inaugurada, con la gran pompa, el 10 de
julio de 1901. El primer convoy, con su raudo penacho de humo y el estruendo de
sus ruidos, se aproximó al edificio de la Estación, donde un importante número
de vecinos de la ciudad y la región se dieron cita para ser testigos y
copartícipes del magno acontecimiento.
El
discurso de bienvenida lo ofreció el Dr. Enrique Sandoval (el famoso
"gallo mojado", el del portal). Al término de la ceremonia un
tremendo aguacero cubrió los cielos, y en muy poco tiempo la Estación se vio
anegada en medio de un mar de aguas corrientes. Entonces, para poder trasladar
a los selectos personajes hacia la población, fue necesario rentar barcazas de
los laguneros, quienes hacían una especie de par vial que iba de la Estación
hasta el Santuario (entonces, de Nuestra Señora del Sagrado Corazón) y
viceversa.
Por la noche, una gran misa de función en la
recién inaugurada Parroquia Principal (hoy Catedral), donde el orador el
canónigo Ramón López Ochoa ofreció una emotiva homilía en la que ventiló
interesantes conceptos sobre la llegada del ferrocarril. En la noche,
finalmente, tuvo verificativo un baile de gala, en la residencia del citado Dr.
Sandoval, en honor del Señor Gobernador quien disculpó su ausencia. Pasarían
todavía siete años más para dejar en servicio el ramal que comprende de
Guadalajara a Manzanillo, recepcionándose al Presidente de la República don
Porfirio Díaz quien, el 12 de diciembre de 1908, pone personalmente en marcha
uno de los grandes proyectos de su larga y progresista administración
gubernamental.
Hoy,
con cierta nostalgia, recordamos el feliz acontecimiento que unió a la populosa
Ciudad Guzmán con los principales polos comerciales del país, sucumbiendo a la
vez la próspera actividad mercantil de la región al no poder competir con los
precios ofertados en las otras importantes plazas del territorio nacional.
Como testigo mudo del movimiento que generó el
ferrocarril en la comunidad, todavía es posible admirar la antigua Estación
(espacio cultural administrado por el Gobierno de Jalisco), así como el casco
de lo que fue el Restaurante "Máquina 501", hoy convertido en oficinas
generales del OPD Comité de Feria, conjunto arquitectónico emplazado hacia el
poniente de nuestra mancha urbana.
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