Pedro
Vargas Avalos
Desde
que el primer mandatario del país aperturó el proceso de sucesión presidencial
en 2021, cuando declaró: “Ahora sí que ya no hay tapados, yo soy el
‘destapador’ y mi ‘corcholata’ favorita va a ser la del pueblo, esa es la
regla”, se desató una especie de deporte nacional para saber de los mencionados
por el mismo mandatario, cual podría ser el candidato del partido en el poder.
Esto porque las oposiciones no daban color en esos días, de quien sería el
abanderado de cada partido o en su caso, de la alianza que conformarían.
Pasaron los meses y la lista
antedicha se refinó, quedando a la fecha seis aspirantes (corcholatas) por
parte de la liga que encabeza MORENA, junto al Partido de los Trabajadores (PT)
y el Verde Ecologista de México (PVEM), que son sus compañeros en la coalición
“Juntos Hacemos Historia”, que fue la triunfadora en 2018 y ansía a repetir en
2024. Actualmente se encuentran en giras para concientizar a la población sobre
los avances de la Cuarta Transformación (4T). En agosto se sujetarán a
encuestas y a principios de septiembre se dará a conocer el vencedor, quien asumirá
como Coordinador de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, el cual
virtualmente será el elegido morenista que pretenderá sustituir a Andrés Manuel
López Obrador (AMLO) en la silla del poder ejecutivo federal. Hoy por hoy,
Claudia Sheinbaum, lleva la delantera y muy cercas, marcha Marcelo Ebrard,
haciendo esfuerzos por alcanzarlos, Adán Augusto López Hernández.
Por
su lado, los opositores, que duraron bastante tiempo para encontrar un
mecanismo a fin de escoger su probable pretendiente a la presidencia de la república,
tras pasar de un organismo llamado “Sí por México” encabezado por el acaudalado
Claudio X. González Guajardo y el empresario Gustavo de Hoyos (20 de octubre de
2020), cuyo fin era “echar a MORENA de Palacio”, transitaron en diciembre 23 de
ese año, a lo que denominaron -ya con directa participación del PRI, PAN y PRD-
con el nombre de “Va por México”, semejante en denominación a su antecedente y
con similar objetivo: vencer al lopezobradorismo y “construir el cambio que
México necesita”, según afirmó el guía panista Marko Cortés. Finalmente, hace
unos días evolucionaron a otra entelequia que llamaron “Frente Amplio por
México” (FAM). El lunes 26 de junio del vigente año, los dirigentes de los partidos
opositores dieron a conocer la creación del consorcio, y el domingo 9 del
corriente mes, legalizaron el convenio político ante el Instituto Nacional Electoral
(INE).
El entusiasmo de los opositores a la 4T,
tomó nuevo aire y con bríos, tras abrir inscripciones para aspirar a ser Responsable
del FAM -título que competirá con el Coordinador de Comités morenistas- entre
el 4 y 9 de julio, se recibieron solicitudes de 33 interesados para ese ambiguo
puesto; de tal cifra, se aprobó a 13, -aunque ya son 12, por declinación del
polémico Gabriel Quadri- entre los que
destacan con reales posibilidades, cuatro personajes: Santiago Creel Miranda,
Beatriz Paredes Rangel, Enrique de la Madrid Cordero y Xóchitl Gálvez Ruiz. Del
resto, que la mera verdad es de relleno, se puede anotar a sujetos que dejan
mucho por desear: Francisco Javier García Cabeza de Vaca, exgobernador de
Tamaulipas con cuentas pendientes con la justicia; Gabriel Quadri de la Torre,
excandidato presidencial afamado por sus desatinos, como el de que México sería
una potencia si no cargara con Guerrero, Oaxaca y Chiapas (Twitter, 19-I-2019).
Quizás por ello, el 13 reciente se bajó del tren y declinó en su pretensión,
afirmando que apoyará al que triunfe en el proceso del FAM. Otros “candidotes”
más, son Miguel Mancera Espinosa, exgobernador de la ciudad de México, desleal
a sus protectores (Marcelo Ebrard, entre otros) y sostenido por el perredismo
¡sin ser perredista! Con credenciales iguales o peores, aunque éste si es del
partido del sol azteca en agonía, también se registró Silvano Aureoles Conejo,
exgobernador michoacano, inhabilitado por once meses, según determinó la
Contraloría de su Estado (El Sol de Morelia, 24-III-2023). Y siguen nombres que
son meros bultos políticos: José Jaime Enrique Félix, Ignacio Loyola Vera,
Jorge Luis Preciado Rodríguez, Israel Rivas Bastidas y Sergio Iván Torres
Bravo.
Así las cosas, el entusiasmo de las
minorías impugnadoras del actual gobierno federal, crecía, pero con suma
lentitud. El panista Santiago Creel, con increpaciones inusuales para un fino nieto
de terratenientes, sostiene que AMLO es “difamador, malagradecido y mentiroso”.
(El Sol de México, 5-jul-023). Luego agrega que él va adelante en las encuestas
de su partido, aunque nadie se lo crea. La senadora Beatriz Paredes, luciendo
su especie de huipil, sostiene que quiere ser abanderada de la sociedad,
critica a los partidos, aunque defiende a su instituto tricolor al afirmar: “no
es el PRI, sino el sistema partidista, el que se encuentra en crisis”.
(Gatopardo, 27-6-023). Luego viene el cachorro priísta, Enrique de la Madrid
Cordero, retoño de Miguel de la Madrid -padre del neoliberalismo mexicano- quien
tiene peculiares propuestas, como la de que cada mexicano pudiente adopte a uno
necesitado, para con ese método, salir de la pobreza. Hemos dejado para el
lugar estelar a la hidalguense Xóchitl Gálvez, senadora que navega con las
siglas del PAN, que fuera colaboradora de Vicente Fox y dimitiera cuando inició
su período Felipe Calderón, insinuando que ya no regresaría a la política.
Pero como pregonara el cacique zacatecano
Leobardo Reynoso (1902-1993): “El poder es el poder”. Y doña Xóchitl, flamante
empresaria que hizo “su lanita” (así lo dice) con negocios a la sombra de las
arcas públicas, (1,400 millones recibió del gobierno y desarrolladores -que
favoreció siendo Delegada-, divulgó AMLO el 14 de julio) regresó a la vida
política y la otrora funcionaria del gobierno de Vicente Fox, compitió por el
gobierno de Hidalgo (2010), fracasando; empero, seguidamente también buscó una
candidatura a diputada federal, por el PAN, fallida porque sus amigos
blanquiazules la pusieron en cuarto lugar de la lista correspondiente, y en tal
sitio “nunca llegaría a ocupar la curul”, expresó disgustada en esas fechas
(febrero de 2015). Pero como asegura un refrán muy mexicano, “el que come huevo
una vez, no deja de hacerlo, aunque le rompan el pico”. Ella volvió a la carga,
logró que el PAN la postulara para jefa delegacional de la Miguel Hidalgo, a lo
que no tenía derecho, por carecer de domicilio en el lugar (pero un fallo del
Tribunal Electoral del DF la habilitó) logrando ganar en los comicios
respectivos y asumir ese cargo de 2015 a 2018. En ese destino se lució en eventos donde
“partían el queso” personajes como Diego Cervantes de Cevallos o Carlos Salinas
de Gortari, dando pie a que se dijera que tenia su visto bueno para incursiones
mayores; en una entrevista ella misma se calificó: “fui jefa delegacional y fui
un tanto polémica” (Publimetro, 27-VI-2022). Xóchitl había prometido terminar
su período, pero al ver la opción de que los perredistas la proponían para
senadora de representación proporcional, dio disculpas a la ciudadanía y renunció
a su cargo, lanzándose a la carrera por el senado (marzo 15 de 2018) por vía
doble, pues PAN, MC y PRD la respaldaron para competir por mayoría: perdió esta
liza, pero ganó la de representación, sumándose a la bancada panista. Desde esta posición buscó ser candidata al
gobierno de ciudad de México, afirmando en El Financiero y Radio Fórmula: “Voy
a ser jefa de Gobierno. Claro que sí, realmente la vida me preparó para esto…”
(junio 21, 2022). Las encuestas de entonces la avalaban como prospecto viable.
Sin embargo, en razón a la debilidad
opositora para encontrar abanderado presidencial ante la renovación del
ejecutivo federal de 2024, Xóchitl Gálvez, la mujer ocurrente, francota y
populachera de origen humilde, -que locuaz desatada, ahora presume haber sido
izquierdista- comenzó a sonar, primero por sus “puntadas”, como la de
presentarse en diciembre de 2022 utilizando una botarga, o sea disfrazada de
tiranosaurio, cuando protestó en el senado contra las reformas electorales que
sostenía AMLO; después la de encadenarse a la silla del presidente senatorial, el
28 de abril de este año, recitando, “Yo aguanto vara”, porque se había
convocado a sesión en la vieja sede de esa Cámara. Y finalmente al reclamar al
primer mandatario, acceder a la mañanera para ejercer, según ella, su derecho
de réplica por unas declaraciones inexactas que le imputó el tabasqueño, quien
no se lo concedió el 12 de junio reciente, ante lo que acusó la hidalguense:
“Presidente, no le saque”. El hecho le dio enorme publicidad a la senadora
panista que es como La Chilindrina: tan como dice una cosa, dice otra. Al
respecto Víctor Romo Guerra, -que le entregó la alcaldía Miguel Hidalgo en
2015, y luego la recibió en 2018- la evalúa: es una mujer que le gusta el
arguende, miente rápido y no tiene continencia verbal. (Los periodistas,
entrevista con Álvaro Delgado, 14-07-023). Esta calificación nos hace entender
por qué, siendo tan acerba crítica del PRI, ahora que lo dirige el impresentable
Alejandro Moreno Cárdenas “Alito”, lo admite de aliado y entre apapachos,
proclama: "ya no traigo fijón con el PRI; cómo estará de cabrona la 4T que
nos tuvimos que juntar”. (Proceso, 4 julio 2023).
Desde hacía meses se rumoraba que Claudio
X. González veía la opción de que Xóchitl, la que a cada rato se traslada en
bicicleta, difunde profusamente sus desplantes y viste indumentaria de corte
indígena (Beatriz Paredes señala que se siente contenta porque la imita en su
vestir) podría ser la figura que buscaban las oposiciones. Pero como que no se
la creían los dirigentes partidistas. Fue entonces cuando AMLO anunció, el 27
de junio en su mañanera, que pronto descorrería el velo sobre quien sería
candidato presidencial de “los conservadores”, lo cual sucedió el lunes 3 de
julio, diciendo: Xóchitl Gálvez será impuesta como la candidata de la oposición
en las elecciones de 2024, el empresario Claudio X. González, está detrás y los
medios tradicionales “Están inflando a la señora”. Luego agregaría: “Ellos suponen
que, si nació en un pueblo, va a tener el apoyo del pueblo. En realidad, es
parte de ellos, no del pueblo, ella forma parte de los conservadores”. (El
País, 3VII-023). Como áspera a respuesta, la boquifloja senadora, manifestó: “A
mí nadie me ha regalado nada…usted será quien me entregue la banda
presidencial” y rudamente remató: ““El presidente (López Obrador) no es dueño
de la verdad, pero me tiene tanto miedo, que dice que un hombre me puso en mi
puesto. Que quede claro: a mí ningún cabrón me ha puesto en ningún lado”.
(Federico Arreola, SDP Noticias, 5 julio 2023).
Ahora
la jugada está bien puesta: Xóchitl Gálvez, dejando su amplia posibilidad de
ser Jefa de Gobierno en la ciudad de México, se la rifa, ante el entusiasmo de
las oposiciones, (que le han creado una pasmosa burbuja mediática) para competir
contra quien le enfrenten los del partido en el poder; engallada, la socarrona senadora
pronostica que ojalá fuera Claudia Sheinbaum, aun cuando presume estar lista
para ganarle al que sea, primero a Santiago Creel dentro de la alianza FAM, y
enseguida, contra quien le opongan en la coalición “Juntos Hacemos Historia”.
Para quienes resulten candidatas o candidatos “a
la grande”, más vale que recuerden: no por mucho hablar o presumir, se obtienen
metas, porque la vanidad engaña y la jactancia, ciega. Así pues, más vale que
tengan presente lo que escribió el excepcional poeta indúe Rabindranath Tagore
(1861-1941): “Cuanto más grandes somos en humildad, tanto más cerca estamos de
la grandeza.”
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