Si el
presidente Andrés Manuel López Obrador pudo llegar la Presidencia de la
República y poder seguir gobernando con una buena aceptación, es porque el
mandatario no se cansa de acusar todos los días y a todas horas de conservadores
y corruptos, sin aportar una sola prueba, a todos aquellos que no comulgan con
su proyecto, además de no dejar ninguna hora de echar la culpa de todos los
males del país a gobiernos del pasado.
Mientras
esto ocurre, la prensa nacional con base a datos de la Auditoría Superior de la
Federación (ASF) y de denuncias hechas por la Asociación Civil “Mexicanos
Contra la Corrupción y la Impunidad”, ha estado documentando hechos irregulares
en la institución además de los otros casos de corrupción ya conocidos.
Investigaciones
periodísticas documentan que los desvíos en Seguridad Alimentaria Mexicana
(Segalmex) y sus filiales ya superan los 20 mil millones de pesos. Todo ello en
tan solo sus primeros tres años de operación: es decir de 2019 a 2021. Sin embargo,
como siempre el titular del Ejecutivo federal, tras reconocer que hay 26
detenidos y 100 denuncias por el presunto desfalco, señaló que los medios
exageran, pues la cifra del mal manejo de los recursos es solo por 9 mil 500
millones de pesos del organismo público agrícola creado por el gobierno de la
4T.
Basta
buscar información respecto al tema disponible en diversos sitios digitales y
hay coincidencias de que tan solo el monto que reconoce el propio presidente
López Obrador, supera en mucho la Estafa Maestra de Peña Nieto que fue por 7
mil 670 millones de pesos. Por lo que ya es del dominio público que Segalmex es
ejemplo de impunidad.
Además,
el mandatario no puede echarle la culpa al pasado ni a sus antecesores por la
corrupción de Segalmex, el organismo fue creado en plena “austeridad
republicana”, justo cuando el mandatario anunciaba la desaparición de otros que
a su decir costaban muy caros y resulta, precisamente, que sus decisiones han
causado un grave daño al erario y queda demostrado que la corrupción AMLO-4T ya
supera a la de Peña Nieto.
AMLO,
tampoco puede defender lo indefendible. No es válido su argumento de que
oportunistas y corruptos del pasado engañaron al exdirector de Segalmex,
Ignacio Ovalle Fernández, quien ocupó importantes cargos durante los sexenios
priistas de Carlos Salinas, José López Portillo y Luis Echeverría.
En
estas circunstancias, no es casual que López Obrador mienta, engañe y manipule
todos los días a la opinión pública, pues la corrupción en Segalmex es tan
evidente que lo rebasa. Lo peor, es que al parecer se harán auditorías a Dos
Bocas, Tren Maya, AIFA, al programa de Infraestructura de la Secretaría de
Desarrollo Urbano, al Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado, a la CONADE,
a Comunicaciones y Transportes, a Salud y al manejo de las vacunas. El
presidente sabe que sólo a través del poder autoritario podrá acallar lo que
sabe que tarde o temprano se conocerá.
Con
anticipación, destacados luchadores sociales y algunos lideres de opinión,
advirtieron que la forma de acabar con la corrupción no puede ser la pura
persecución y el encarcelamiento de los corruptos del pasado, mientras quedan
impunes los del presente, por eso los resultados están a la vista.
Todo
apunta que el fenómeno de la corrupción seguirá creciendo y floreciendo en lo
que queda el presente sexenio y en el próximo. Mientras se perdona, encubre y
hasta se protege abiertamente a los infractores actuales, AMLO y sus
corcholatas, siguen centrados en la persecución de los corruptos de antes, los
que por cierto muchos ya se pasaron a las filas de Morena. Esta política
convierte el problema en un cuento de nunca acabar.
Los
mexicanos debemos recordar no solo que el presidente prometió, una y otra vez,
que iba acabar con la corrupción, sino a pesar de ser analfabeta en cuestiones
económicas, dio cátedras de economía en sus mañaneras donde afirmó que la
pobreza de nuestro país es por la corrupción. Pero, dejando a un lado los
fanáticos de López Obrador, considero que la mayor parte del pueblo de México
se da cuenta que en lo que va el gobierno de la 4T, al igual que la corrupción,
ha crecido exponencialmente el número de mexicanos en situación de pobreza y
pobreza extrema y por otro lado, los potentados han incrementado sus fortunas.
Debemos
librarnos de los engaños y las mentiras de AMLO y de Morena. Nadie duda de que
en los sexenios anteriores incrementó la corrupción y hoy mucho más que antes,
existe la necesidad de seguir combatiéndolo sin cuartel, pero este no es el
problema esencial en México, sino la excesiva concentración de la riqueza en
unas cuantas manos que ha dejado a millones y millones de mexicanos sin
alimentos, salud, educación, vivienda, empleo, servicios básicos, entre otras
carencias.
Solo el
pueblo trabajador organizado y consciente puede poner fin a todos los flagelos
sociales que azotan a la inmensa mayoría de los mexicanos, nadie más. Pero, en
nombre del combate a la corrupción, AMLO ha tratado de despojar al pueblo de
esa arma de defensa que no solo es la más poderosa, sino también la única que
tiene a su alcance. Por lo que se impone la necesidad de buscar, con todas
nuestras fuerzas, la organización del pueblo, pero no solo para que emita su
voto en las urnas, sino que sea consciente y permanente, lista y dispuesta a
actuar siempre en el momento que sea necesario.
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