Salvador
Encarnación
Se
cumplió la profecía. Las encuestas dieron sus resultados anticipados, y unas
más cercanas y otras con mayor margen, pero todas dieron como ganadores a
Delfina Gómez Álvarez para el Estado de México y a Manolo Jiménez García en
Coahuila.
Alejandra Del Moral dijo y gritó
hasta la saciedad que había alcanzado a la morenista. “Caballo que alcanza,
gana” lo decía con felicidad. Los números no coincidían con su decir. Sí, hay
que decirlo, hubo momentos en que sus preferencias crecieron, pero no lo
suficiente como para derrotar a Delfina. El 4 de julio marcó las 18:00 horas y
de inmediato los Priistas-Panistas-Perredistas (los 3P) a saber, Alito, Chucho
y Marco, hechos un rebosante corazón acompañaron la información dictada por
Alejandra ante la TV: “…esta coalición —sostuvo— logró la representación del
100% [en las casillas] y con la información de nuestros representantes, podemos
decirles que esta elección la ganamos.” El grito entusiasta de los militantes
que nunca los presentaron, se escuchó por la televisión: “¡Gobernadora!,
¡Gobernadora!...”. Y los puños en alto de los 3P, reafirmaron “el irrevocable”
triunfo. Tres minutos “al aire” fueron suficientes para cimbrar no sólo a las
encuestadoras sino a los especialistas contratados por las televisoras.
Delfina Gómez Álvarez de Morena
apareció ante las cámaras de inmediato. La acompañó Mario Delgado el presidente
de su partido y otras personas no reconocidas. Fue Mario quien dio la noticia:
“Ganamos la batalla maestra”. Darle a la elección ese adjetivo la corresponde a
lo dicho por muchos comentaristas: Es la campaña de campañas: Por lo inmenso de
su padrón electoral, por los políticos priistas que ahí residen, por su
cercanía a la elección presidencial del 2024. “Voy a aprovechar” dijo Delgado y
se adueñó del micrófono. Destacó los puntos con los que Delfina aventajaba a
Alejandra. E informó las fuentes: las encuestadoras Enkoll y Parametría y el
periódico El Financiero. ¿Y la ganadora? Bien gracias. A su lado sonriendo a
diestra y siniestra. Cuando por fin le cedieron el micrófono sostuvo entre
otros puntos: “…quien gana no es la maestra Delfina nada más. Es los
mexiquenses”.
Horas después Alejandra Del Moral
reconoció su derrota. Ya no la acompañaban los 3P. Tampoco el júbilo. A manera
de compañero de consolación estuvo Santiago Creel. Era otra Alejandra. O la
misma con la realidad a cuestas. “El fracaso es huérfano”, se volvió a
comprobar. Fue un sí, pero no.
Los
presidentes de partido, Alejandro Moreno del PRI, Marko Cortés del PAN y Jesús
Zambrano del PRD, sostuvieron por TV, que Alejandra Del Moral había ganado las
elecciones. Mintieron junto con la candidata. Aparte de perdidos, descubiertos.
Podrán aducir en su defensa que lo hicieron “…con la información de nuestros
representantes.” ¿Tantos mintieron? Los tres quedaron en un sitio nada
deseable: perdidos y sin palabra.
El
OSO del día lo hizo Gabriel Quadri, aquel candidato presidencial que se “echó
un taco de ojo” con la modelo el día del debate en el año de 2012. Por creerles
a los 3P, escribió, presuroso, en su cuenta de Twitter (palabras más palabras
menos): “El resultado en el Estado de México demuestra que podemos derrotar el
populismo…”. Al conocerse los resultados del PREP, Quadri borró su comentario.
La nota puede consultarse en la revista Proceso.
Los
comentarios han inundado la TV y prensa. Ha sido una semana de encontrar, por
parte del PRI y el PAN, al culpable de la derrota en el Estado de México. La
crítica es hacia afuera. Les llegó —que alguien les diga— la hora de la
autocrítica. En este año de 2023, Morena lo termina con 21 gubernaturas, cinco
del PAN, dos del PRI, dos de MC, una el Partido Verde, otra Partido Encuentro
social. El gran perdedor es el PRI, en el periodo de Alito Moreno. Y ya le extendieron su periodo como
presidente de partido.
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