Víctor
Hugo Prado
¿Qué
carajos es eso de que van a elegir al coordinador de defensa de la 4T? donde
los registrados para tan rimbombante cargo son Claudia, Adán, Marcelo, Ricardo
y Noroña. Los que atendiendo las instrucciones del Presidente dejaron sus
cargos en el servicio público para dedicarse a recorrer el país en la búsqueda
de tan anhelado cargo, “coordinador de defensa de la 4T”, que por cierto ese
humo blanco deberá salir el 6 de septiembre, cómo así lo dispuso el presidente
del país y de Morena, perdón, así lo dispuso el Consejo Nacional del partido
político Morena.
Lo
que prevalece en el fondo de esta determinación, es el de formalizar la
precampaña, que desde hace más de un año viene desarrollándose a lo largo y
ancho del país, teniendo como protagonistas a los que aspiran a ser candidata o
candidato a la presidencia de la república postulado por Morena, como así lo
han dejado ver sus mítines, conferencias, adhesiones de gobernadores, “cargada”
de políticos futuristas, acarreos, pintas de bardas, espectaculares de unos y
otros disfrazados de publicidad en revistas de dudosa credibilidad editorial.
La
precampaña que todos vemos iniciada en junio –aunque los de Morena digan que no
es precampaña- cuando debiera empezar en la tercera semana noviembre de acuerdo
con el artículo 194 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos
Electorales, es un atentado a la legalidad, un desdén a las reglas del juego
democrático, una amenaza a la equidad con la que deben contender las distintas
fuerzas políticas que componen el espectro de opciones en el país. Es algo así
como permitir que arranquen en un partido de futbol un gol a cero, por decisión
de un equipo y con un árbitro permisivo, o darle chance en una justa de 100
metros planos, que el del carril uno arranque 4 segundos antes que los demás.
El
que resulte ser el coordinador de defensa de la 4T, sin saber qué diablos es
eso, será el precandidato y luego el candidato de Morena a la presidencia,
adelantándose a los tiempos establecidos en la norma, por lo que tendrá a su favor
tres tiempos de proselitismo, los ilegales que corren desde este lunes hasta
septiembre, los que les permita la ley en precampaña y los de campaña formal.
Y
ni le quede la menor duda, para elegir al defensor de la 4T circularán al por
mayores sobres amarillos repletos de cash para mover la maquinaria y alivianar
la pesada carga del proselitismo, todo ello con la complacencia de un INE que
ha resultado ser el verdadero plan C. No caigamos en el juego y llamemos a los
procesos por su nombre: es precampaña presidencial adelantada, como se debe
llamar al pan, pan y al vino, vino.
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