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viernes, 19 de mayo de 2023

Una boda en Tuxpan: Refugio Barragán de Toscano


 


Salvador Encarnación

 

Como un rescate se puede considerar la publicación de Una boda en Tuxpan escrito por Refugio Barragán de Toscano. Bastante reeditada es, al menos en Ciudad Guzmán, esta autora por su novela La hija del bandido o los subterráneos del nevado.



Barragán de Toscano nació en Tonila, Jalisco, el 28 de febrero de 1843. Fue bautizada dos días después, sostiene el acta de bautismo. Se recibió de profesora en 1865 y contrajo matrimonio en el año de 1869, con el Prof. Estevan (sic) Toscano Arreola, oriundo de Atoyac, Jalisco. En el acta de matrimonio civil se asienta que Refugio Barragán tiene 20 años de edad. Revisando las fechas en las actas de matrimonio y fe de bautismo, en realidad Refugio Barragán tenía 26 años cumplidos y no 20 como en el acta civil se asienta.  Coqueta la maestra, se quitó nada menos que seis años de edad.


Refugio Barragán vivió en varios sitios: Tonila, Colima, Los Reyes, Mich., Zapotlán, Zacoalco, Guadalajara, la Ciudad de México. Según el acta 935 de la Secretaría de la Junta Directiva de Estudios del Estado de Jalisco, fue nombrada propietaria de la dirección de la Escuela de Niñas en Zacoalco, con fecha 21 de diciembre de 1885. Sobre su estancia en Ciudad Guzmán existe un acta de cabildo en donde presenta su renuncia como preceptora de la escuela municipal de niñas No. 1. La razón, un tanto escueta: "…no me es conveniente tenerlo a mi cargo…" Con fecha 19 de mayo de 1866.  


            La maestra fallece el 22 de octubre de 1916 en la Ciudad de México, según informa Agraz García de Alba y es un dato de general aceptación.




            Una boda en Tuxpan forma parte de un libro en coautoría con el título Las mujeres españolas, americanas y lusitanas pintadas por sí mismas, coordinadas —todas son mujeres—, por Faustina Sáez de Melgar.  Barragán de Toscano participa con dos textos, el ya citado, y La mujer mexicana. Este segundo hace referencia a costumbres michoacanas. Cita, a manera de ejemplo, al mariachi y dice que es: “Música compuesta de un arpón, violines y guitarras”. Música de cuerdas, principalmente. Se deduce que se escogió Una boda en Tuxpan porque “…forma parte de un proyecto de la Secretaría de Cultura de Jalisco,…”


            La transcripción de este texto publicado hace más de una centuria presenta variados problemas. El primero, los errores que el mismo texto carga. Por ejemplo. En la primera hoja de inicio del texto (p. 347), el título Una boda en Tuxpan lleva un pie de página. Dice: “Pueblecito de indios perteneciente al canton (sic) de C. Guzman (sic) en el Estado de Jalisco. Se omitieron en el original dos acentos. Otro. El apellido de casada de doña Refugio. Está escrito en femenino: “Toscana”. A esto se le suma el criterio del transcriptor para la edición del 2022. Se omitió el pie de página y se eliminó el subtítulo: “(COSTUMBRES MEJICANAS)”. El texto consta de siete apartados con título cada uno. Se eliminó el título del primero: La pretensión. Y se corrigió el apellido, de Toscana a Toscano.


            Si el criterio fue el de modernizar la ortografía, es de agradecer. Sobre todo, en este caso, la acentuación. O corregir las palabras mal escritas. Se escribe en el texto original: “Te hizo en la crucijada” y se cambió por “encrucijada”. Lo mismo en: “Te amaré como la toscaza…”, y se corrigió a torcaza (pág. 16).


            En el segundo apartado “EL DÍA DE LOS FINADOS”, el transcriptor omitió dos renglones del original. Al final del doceavo párrafo, excluyó: “Porque el hombre muy pocas veces o ninguna dice lo que siente, cuando se trata de la mujer. / La mujer despreocupada no es por cierto la que hace la felicidad del hogar”.


            Se inicia el decimoquinto párrafo (p. 14), así: “Porque el hombre por más que quiere…” En el original no tiene la conjunción de causa: “El hombre por más que quiere…” Se señala que el original dice “quiera” en vez de “quiere”. Y al final de este párrafo se escribe: “…una mujer creyente u sensible”. En el original se asienta: “…y sensible”.     

 Pueden citarse más cambios a favor, a contra, u omisiones de líneas trasladadas.  En el mismo apartado está escrito “Allate” y “Colina”, se cambió por ayate y Colima; a favor. Sin embargo Ambrosio sufrió un corte de pelo. Sostiene el texto original (p.754): “…tenía una trenza entrecana bastante gruesa, que tendría a lo más doce pulgadas de largo”. En esta nueva edición en comento dice: “…diez pulgadas de largo”.  


Último comentario. En la página legal y en el colofón se le cambió el apellido paterno a la autora, dice: “Refugio García de Toscano”. El correcto es Refugio Barragán de Toscano, como sostiene la portada del libro o la placa de su calle ubicada a un lado de la hermosísima hornacina (y no se exagera) esquina con Federico del Toro.  


Cuidar una edición no es cosa fácil. Se dice que García Márquez tenía una línea telefónica directa de la editorial a su casa cuando uno de sus libros estaba en el proceso de diseño. Si la editorial tenía una duda, se comunicaba con el Nobel directamente. En la presentación de Una boda en Tuxpan, se notifica el criterio: “…se hicieron ligeras correcciones ortográficas, más que nada acentos..." Como se ve, fueron mucho más. 

 

“La india es supersticiosa por naturaleza” sostiene el narrador omnisciente del texto. De inmediato surge la pregunta: ¿Por naturaleza? Los conocimientos precientíficos, entre ellos las supersticiones, fueron en su tiempo formas de explicar el mundo. Entre más alejada está una persona de la ciencia, más se acerca a lo precientífico. Pero no por naturaleza. El texto, Una boda en Tuxpan, refleja su tiempo. Pero hay que aclarar que no es lo mismo escolaridad que acercamiento a la ciencia; aunque debiera.


Una boda en Tuxpan es un bello texto. Escrito con sencillez. Adentra al lector en una porción de la sociedad de antaño donde la presencia de costumbres indígenas era más notoria.  Muchas de estas costumbres o tradiciones no se conocen su procedencia. Fueron simplemente heredadas. El sincretismo religioso es una causal. Baste con señalar el Tláloc que se encuentra en un muro del templo parroquial de Tuxpan o la infinidad de fiestas religiosas, con marcado sincretismo, que tienen hasta la fecha en esa ciudad.


                              


La primera tradición que se registra en el opúsculo es la del noviazgo. El varón traza una circunferencia en el suelo. Si la muchacha lo cruza es señal de consentimiento. De ahí en adelante ambos se consideran novios. El narrador describe un suceso externo, ellos, allá, los indígenas. Su mirada ausculta el conducirse de los dos novios, Pascuala y Melchor, y por medio de ellos, se nos informa de las “creencias” que los mueven.


Sin embargo en Una boda en Tuxpan, es entre mujeres, Pascuala y Estéfana, donde las supersticiones perviven; y de ahí pasan a los hombres. Estéfana la amenaza que no será feliz en su matrimonio. “Isidro saldrá di la tierra y el sombra suya te seguirá a todas partes” (p.19). Sentencia la madre por la muerte de su hijo, despreciado en amores por Pascuala. El hijo de Pascuala muere y ella sostiene que “Ña Estéfana li hizo ojo”. Afirma el narrador: “Como se ve la credulidad de Pascuala le hacía desgraciada”.  [Esta antigua “enfermedad” está presente en muchas culturas. Incluso en El Caballero de Olmedo de Lope de Vega se le registra: “El pulso de los amantes/ es el rostro. Aojado estás”./ ¿Qué has visto?” (v.55).]  


En momentos el lector siente que la boda de Pascuala y Melchor son un pretexto para dar a conocer otras costumbres en Tuxpan. Las digresiones  del narrador, o las intromisiones de la autora: “Pero como mis lectores no están en el caso de saber,…” (p. 20) así lo demuestran. La prosa tiene las características decimonónicas.


Este esfuerzo de la Secretaría de Cultura de Jalisco de rescatar autores que muchas veces son conocidos por sus nombres pero no por sus obras, es loable. El sur de Jalisco tiene un texto más de Refugio Barragán de Toscano y Tuxpan un documento sobre sus costumbres.





Agradezco a Fernando G. Castolo y a Sara Velasco el haberme facilitado documentos de la profesora Barragán de Toscano.     


Si alguien tiene interés en leer el libro Las mujeres españolas, americanas y lusitanas pintadas por sí mismas de Faustina Sáez de Melgar, lo puede encontrar en Cervantes Virtual entre otros sitios.


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