Salvador Encarnación
Como un rescate se puede considerar la publicación de Una boda en Tuxpan escrito por Refugio
Barragán de Toscano. Bastante reeditada es, al menos en Ciudad Guzmán, esta
autora por su novela La hija del bandido
o los subterráneos del nevado.
Barragán
de Toscano nació en Tonila, Jalisco, el 28 de febrero de 1843. Fue bautizada dos
días después, sostiene el acta de bautismo. Se recibió de profesora en 1865 y
contrajo matrimonio en el año de 1869, con el Prof. Estevan (sic) Toscano
Arreola, oriundo de Atoyac, Jalisco. En el
acta de matrimonio civil se asienta que Refugio Barragán tiene 20 años de edad.
Revisando las fechas en las actas de matrimonio y fe de bautismo, en realidad
Refugio Barragán tenía 26 años cumplidos y no 20 como en el acta civil se
asienta. Coqueta la maestra, se quitó
nada menos que seis años de edad.
Refugio
Barragán vivió en varios sitios: Tonila, Colima, Los Reyes, Mich., Zapotlán, Zacoalco,
Guadalajara, la Ciudad de México. Según el acta 935 de la Secretaría de la
Junta Directiva de Estudios del Estado de Jalisco, fue nombrada propietaria de
la dirección de la Escuela de Niñas en Zacoalco, con fecha 21 de diciembre de
1885. Sobre su estancia en Ciudad Guzmán existe un acta de cabildo en donde
presenta su renuncia como preceptora de la escuela municipal de niñas No. 1. La
razón, un tanto escueta: "…no me es conveniente tenerlo a mi cargo…"
Con fecha 19 de mayo de 1866.
Una
boda en Tuxpan forma parte de un libro en coautoría con el título Las mujeres españolas, americanas y
lusitanas pintadas por sí mismas, coordinadas —todas son mujeres—, por
Faustina Sáez de Melgar. Barragán de
Toscano participa con dos textos, el ya citado, y La mujer mexicana. Este segundo hace referencia a costumbres
michoacanas. Cita, a manera de ejemplo, al mariachi y dice que es: “Música
compuesta de un arpón, violines y guitarras”. Música de cuerdas,
principalmente. Se deduce que se escogió Una
boda en Tuxpan porque “…forma parte de un proyecto de la Secretaría de
Cultura de Jalisco,…”
La transcripción de este texto
publicado hace más de una centuria presenta variados problemas. El primero, los
errores que el mismo texto carga. Por ejemplo. En la primera hoja de inicio del
texto (p. 347), el título Una boda en
Tuxpan lleva un pie de página. Dice: “Pueblecito de indios perteneciente al
canton (sic) de C. Guzman (sic) en el Estado de Jalisco. Se omitieron en el
original dos acentos. Otro. El apellido de casada de doña Refugio. Está escrito
en femenino: “Toscana”. A esto se le suma el criterio del transcriptor para la
edición del 2022. Se omitió el pie de página y se eliminó el subtítulo:
“(COSTUMBRES MEJICANAS)”. El texto consta de siete apartados con título cada
uno. Se eliminó el título del primero: La pretensión. Y se corrigió el
apellido, de Toscana a Toscano.
Si el criterio fue el de modernizar
la ortografía, es de agradecer. Sobre todo, en este caso, la acentuación. O
corregir las palabras mal escritas. Se escribe en el texto original: “Te hizo
en la crucijada” y se cambió por “encrucijada”. Lo mismo en: “Te amaré como la
toscaza…”, y se corrigió a torcaza (pág. 16).
En el segundo apartado “EL DÍA DE
LOS FINADOS”, el transcriptor omitió dos renglones del original. Al final del
doceavo párrafo, excluyó: “Porque el
hombre muy pocas veces o ninguna dice lo que siente, cuando se trata de la
mujer. / La mujer despreocupada no es por cierto la que hace la felicidad del
hogar”.
Se inicia el decimoquinto párrafo (p.
14), así: “Porque el hombre por más que quiere…” En el original no tiene la
conjunción de causa: “El hombre por más que quiere…” Se señala que el original
dice “quiera” en vez de “quiere”. Y al final de este párrafo se escribe: “…una
mujer creyente u sensible”. En el original se asienta: “…y sensible”.
Pueden citarse más cambios a favor, a contra,
u omisiones de líneas trasladadas. En el
mismo apartado está escrito “Allate” y “Colina”, se cambió por ayate y Colima;
a favor. Sin embargo Ambrosio sufrió un corte de pelo. Sostiene el texto
original (p.754): “…tenía una trenza entrecana bastante gruesa, que tendría a
lo más doce pulgadas de largo”. En esta nueva edición en comento dice: “…diez
pulgadas de largo”.
Último
comentario. En la página legal y en el colofón se le cambió el apellido paterno
a la autora, dice: “Refugio García de Toscano”. El correcto es Refugio Barragán
de Toscano, como sostiene la portada del libro o la placa de su calle ubicada a
un lado de la hermosísima hornacina (y no se exagera) esquina con Federico del
Toro.
Cuidar
una edición no es cosa fácil. Se dice que García Márquez tenía una línea
telefónica directa de la editorial a su casa cuando uno de sus libros estaba en
el proceso de diseño. Si la editorial tenía una duda, se comunicaba con el
Nobel directamente. En la presentación de Una
boda en Tuxpan, se notifica el criterio: “…se hicieron ligeras correcciones
ortográficas, más que nada acentos..." Como se ve, fueron mucho más.
“La
india es supersticiosa por naturaleza” sostiene el narrador omnisciente del
texto. De inmediato surge la pregunta: ¿Por naturaleza? Los conocimientos
precientíficos, entre ellos las supersticiones, fueron en su tiempo formas de
explicar el mundo. Entre más alejada está una persona de la ciencia, más se
acerca a lo precientífico. Pero no por naturaleza. El texto, Una boda en Tuxpan, refleja su tiempo.
Pero hay que aclarar que no es lo mismo escolaridad que acercamiento a la
ciencia; aunque debiera.
Una boda en Tuxpan es un bello texto. Escrito con
sencillez. Adentra al lector en una porción de la sociedad de antaño donde la
presencia de costumbres indígenas era más notoria. Muchas de estas costumbres o tradiciones no se
conocen su procedencia. Fueron simplemente heredadas. El sincretismo religioso
es una causal. Baste con señalar el Tláloc que se encuentra en un muro del
templo parroquial de Tuxpan o la infinidad de fiestas religiosas, con marcado
sincretismo, que tienen hasta la fecha en esa ciudad.
La
primera tradición que se registra en el opúsculo es la del noviazgo. El varón
traza una circunferencia en el suelo. Si la muchacha lo cruza es señal de
consentimiento. De ahí en adelante ambos se consideran novios. El narrador
describe un suceso externo, ellos, allá, los indígenas. Su mirada ausculta el
conducirse de los dos novios, Pascuala y Melchor, y por medio de ellos, se nos
informa de las “creencias” que los mueven.
Sin
embargo en Una boda en Tuxpan, es
entre mujeres, Pascuala y Estéfana, donde las supersticiones perviven; y de ahí
pasan a los hombres. Estéfana la amenaza que no será feliz en su matrimonio. “Isidro
saldrá di la tierra y el sombra suya te seguirá a todas partes” (p.19).
Sentencia la madre por la muerte de su hijo, despreciado en amores por
Pascuala. El hijo de Pascuala muere y ella sostiene que “Ña Estéfana li hizo
ojo”. Afirma el narrador: “Como se ve la credulidad de Pascuala le hacía
desgraciada”. [Esta antigua “enfermedad”
está presente en muchas culturas. Incluso en El Caballero de Olmedo de Lope de Vega se le registra: “El pulso de
los amantes/ es el rostro. Aojado estás”./ ¿Qué has visto?” (v.55).]
En
momentos el lector siente que la boda de Pascuala y Melchor son un pretexto
para dar a conocer otras costumbres en Tuxpan. Las digresiones del narrador, o las intromisiones de la
autora: “Pero como mis lectores no están en el caso de saber,…” (p. 20) así lo
demuestran. La prosa tiene las características decimonónicas.
Este
esfuerzo de la Secretaría de Cultura de Jalisco de rescatar autores que muchas
veces son conocidos por sus nombres pero no por sus obras, es loable. El sur de
Jalisco tiene un texto más de Refugio Barragán de Toscano y Tuxpan un documento
sobre sus costumbres.
Agradezco
a Fernando G. Castolo y a Sara Velasco el haberme facilitado documentos de la
profesora Barragán de Toscano.
Si alguien tiene interés en leer el libro Las mujeres españolas, americanas y lusitanas pintadas por sí mismas de Faustina Sáez de Melgar, lo puede encontrar en Cervantes Virtual entre otros sitios.
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