La experiencia de A.A. nos ha enseñado que no
podemos vivir solos con nuestros apremiantes problemas y los defectos de
carácter que los causan o los agravan. Si hemos recorrido con . . . (el) Paso
Cuatro . . . han aparecido en relieve aquellas experiencias que quisiéramos no
recordar . . . entonces se nos hará más apremiante que nunca la necesidad de
vivir llevando a cuestas esos tormentosos fantasmas del pasado. Tenemos que
hablar con alguien acerca de ellos.
DOCE
PASOS Y DOCE TRADICIONES, p. 59
Lo
hecho, hecho está. No se puede cambiar. Pero lo que sí puedo cambiar es mi
actitud respecto a ello, hablando con aquellos que ya han pasado por eso y que
han tenido sus padrinos. Yo puedo desear que el pasado no hubiera existido,
pero si cambio mis acciones respecto a lo que he hecho, mis actitudes
cambiarán. No tendré que desear que el pasado no haya existido. Puedo cambiar
mis sentimientos y mis actitudes, pero sólo por medio de mis acciones y la
ayuda de mis compañeros alcohólicos.
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