… es posible que lo que oigamos decir a Dios cuando estamos solos esté desvirtuado por nuestras propias racionalizaciones y fantasías. La ventaja de hablar con otra persona es que podemos escuchar sus comentarios y consejos inmediatos respecto a nuestra situación…
— Doce
Pasos y Doce Tradiciones, p. 57
Es
incontable el número de veces que yo, estando enojado y frustrado, me he dicho
a mí mismo, “los árboles me impiden ver el bosque”. Finalmente me di cuenta de
que cuando estoy sufriendo de esa manera, lo que necesito es alguien que me
pueda ayudar a distinguir el bosque y los árboles; alguien que pueda sugerirme
un mejor camino a seguir; que me pueda ayudar a apagar los incendios y a evitar
las rocas y escollos peligrosos.
Cuando
estoy en el bosque le pido a Dios que me dé valor para llamar a un miembro de
A.A.
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