Fernando G. Castolo*
Habla
el Obispo Diocesano de Ciudad Guzmán, don Leobardo Viera Contreras...
"Habiendo recibido la gracia de Dios de que esta Capellanía de San Pedro
haya sido elevada a la dignidad de Parroquia... quiero suplicar... un ambiente
de mutua comprensión y sinceridad de los que por voluntad de Dios forman esta
nueva Parroquia... a su Pastor inmediato... considérenlo siempre como un amigo
que busca el bienestar temporal y su felicidad eterna..."; de esto ya hace
50 años.
La
feligresía de gran parte proporcional del sur de la mancha urbana, se encuentra
de fiesta, presta a celebrar las Bodas de Oro de la Parroquia de San Pedro
Apóstol. Obviamente, corazón icónico de los barrios en su torno, es la gran
edificación que duró casi treinta años en terminarse, hermoso inmueble que
evoca los antiguos templos romanos, con toda la característica arquitectónica
del neoclásico, inspiradas formas visualizadas por el Padre José de Jesús
Munguía Vázquez y proyectadas por el ingeniero Luis Ugarte Vizcaíno, de la
ciudad de Guadalajara.
La
primera piedra de esta edificación la depositó Su Excelencia don Ignacio de
Alba y Hernández, dignísimo Obispo de Colima, en el año de 1940. "Y
también ustedes son piedras vivas con las que se construye el Templo espiritual
destinado al culto perfecto... en el que por Cristo Jesús se ofrecen
sacrificios espirituales y agradables a Dios...", decía el Pastor mientras
bendecía los inicios de los trabajos de la hermosa Iglesia dedicada al Santo
Apóstol.
En
el año de 1947, llega a encabezar los lentos trabajos edificatorios el
recordado Padre José de Jesús Bañuelos Robles, quien, convocando al vecindario,
dirigió y culminó el bello Templo. Se hizo acompañar por excelentes maestros de
obras: Ramón Solano, Genaro Rodríguez y José Hernández. Además, se recuerda
igualmente la dinámica participación de algunas notables damas del barrio,
quienes mantenían el dinamismo de colectas y faenas, entre otras: Lucía
Hernández, María Galván, Paula Laureano, Inés Aguayo, Avelina Aguayo,
Concepción López, Antonia Ramírez, Soledad Zúñiga, Consuelo Zúñiga, Margarita
Laureano, Jovita Baltazar, Adela Villa y Felícitas Castolo.
El
apoyo constante y desinteresado de algunos importantes zapotlenses también fue
decisivo, quedando en la memoria los nombres de Albino Mendoza, Antonio Cobián,
Manuel Velasco, Regino Barbosa, Pedro Cobián, Gilberto del Toro, Cleófas Díaz y
Enrique Castolo, entre otros.
Qué
orgullosos deben de sentirse los vecinos del Barrio Sur de la Ciudad, el de San
Pedro Apóstol, por este jubileo en los 50 años de la erección de la Parroquia,
donde muchos esfuerzos (penosos y alegres) se cristalizan en la gran obra
material del monumental Templo que se yergue esplendoroso sobre la arteria de
Primero de Mayo.
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