Nunca
hemos intentado ser un miembro de la familia, un amigo entre amigos, un
trabajador entre otros trabajadores, y un miembro útil de la sociedad. Siempre
hemos luchado por destacarnos del montón o por escondernos.
Este
comportamiento egoísta nos impedía tener una relación equilibrada con cualquier
persona a nuestro alrededor. No teníamos la menor comprensión de lo que es la
auténtica hermandad.
— Doce
Pasos y Doce Tradiciones, p. 50
Este
mensaje que aparece en el Paso Cuatro fue el primero que yo oí con toda
claridad; ¡yo no me había visto antes descrito en letras de imprenta! Antes de
llegar a A.A. no sabía de ningún lugar donde se me pudiera enseñar a ser una
persona entre otras personas. Desde mi primera reunión veía a la gente haciendo
eso y yo quería lo que ellos tenían.
Una
de las razones por la que hoy soy un alcohólico feliz y sobrio es que estoy
aprendiendo esta importantísima lección.
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