Laura
Sepúlveda
Fotografía: Fernanda Velázquez
El Volcán/CUSur
Ante el
incremento del número de trabajadores agrícolas que llegan del Sur del país a
Ciudad Guzmán, Jalisco, para trabajar en los campos de cultivo de berries
y aguacates, el Cuerpo Académico Comportamiento, alimentación y medio ambiente
del Centro Universitario del Sur (CUSur) realiza una investigación para conocer
a profundidad la alimentación y costumbres de estos grupos, a fin de promover
estrategias que hagan más amigable su estancia en ese municipio.
La
doctora Claudia Llanes, investigadora del CUSur, explicó que el objetivo del
proyecto es educación para la paz y la alimentación, no sólo para migrantes,
sino para toda la población.
“Existía la necesidad de
hacer este estudio porque a partir del crecimiento de la agricultura, en el
ámbito de las berries y los aguacates, Ciudad Guzmán ha cambiado
mucho. Tenemos a muchos trabajadores agrícolas migrantes temporales que vienen
de diferentes regiones y que están sometidos a mucho estrés, incluso por la
alimentación”, declaró.
Parte de la primera etapa
del proyecto ha sido hacer observación etnográfica, conocer cómo se alimentan y
cuáles son las condiciones de los trabajadores que llegan de Guerrero, Veracruz
y Chiapas, quienes además enfrentan el reto del lenguaje. “Algunos resultados
preliminares de las observaciones es la integración que han tenido a la ciudad;
enfrentan retos en trámites bancarios por su lengua, que complica la atención y
en ocasiones pierden días de trabajo para realizarlos”, subrayó.
Compartió que en la parte
de la cultura alimentaria los problemas radican incluso en el color de los
alimentos, y un ejemplo es que en el Sur de México se consume mayormente el
frijol negro, mientras que en Jalisco es de color café claro.
“A ellos no les gustan, y
es un cambio simple que podría hacerse en los comedores. Algo que tenemos
pendiente, y que es parte del trabajo de este año, es hacer una evocación de lo
que consumen un día en su lugar de origen, para saber qué es lo que más
extrañan para que se incluya en las alternativas de alimentación, lo que les
ayudaría a sentirse en casa; proponer en las empresas e instituciones que se
incluya una vez a la semana un alimento originario de donde ellos vienen”,
precisó.
Otro de los planes está
enfocado en la integración social; en ocasiones se les dificulta combinar el
trabajo con el tiempo libre y la recreación, puesto que laboran durante muchas
horas y cuentan con periodos de descanso que podrían aprovechar para diversas
actividades. “Este estudio va a quedar terminado este 2023 con los resultados
de lo nutricional, y la siguiente fase será de educación para la salud;
queremos hacer educación y entretenimiento. Producir material educativo a
través de radionovelas, información sobre el municipio que es muy rico en
tradiciones, cultura; realizar con ellos un intercambio cultural; reducir la
discriminación, generar cultura de paz y un respeto por su alimentación, por
sus tradiciones y que se sientan bienvenidos”, concluyó Llanes.
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