Me
esfuerzo por aferrarme a la verdad de que un corazón lleno y agradecido no
puede abrigar grandes presunciones. Rebosante de gratitud, el corazón tiene que
latir con un amor que fluye hacia todo lo que nos rodea, la emoción más elevada
que jamás podamos experimentar.
—
Como lo ve Bill, p. 37_
Mi
padrino me dijo que yo debía ser un alcohólico agradecido y siempre tener “una
actitud de gratitud” — que la gratitud es el ingrediente básico de la humildad,
que la humildad es el ingrediente básico del anonimato y que “el anonimato es
la base espiritual de todas nuestras tradiciones, recordándonos siempre
anteponer los principios a las personalidades”.
Como
resultado de este consejo que me dio, yo empiezo todas las mañanas de rodillas,
dándole gracias a Dios por tres cosas: estar vivo, estar sobrio y ser miembro
de Alcohólicos Anónimos. Entonces trato de vivir una “actitud de gratitud” y de
disfrutar completamente de otras veinticuatro horas de la manera de vivir de
A.A.
Alcohólicos Anónimos no es meramente
algo a lo que me uní; es algo que yo vivo.
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