Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
Los
maestros y directores de los planteles educativos públicos, prácticamente están
maniatados para intervenir en actos de corrección de los alumnos, sobre todo
aquellos que generan o son víctimas de bullying. “La burla, la cargada, la
carrilla, los chistes porque tal compañero está gordito, flaco, mal vestido o
que lo agreden físicamente, es un problema que se ha venido agudizando en las
últimas décadas”, consideró en entrevista sobre el tema el profesor y ex
director de escuela primaria, ya jubilado, Pedro Mariscal.
Señaló que las llevaderas y los retos que, a nivel de secundaria se hacen
entre los alumnos, como el arrojase desde el segundo piso del plantel en que
estudian, darse un tiro, de golpes con otro chavo y, lo último que se propone
en redes sociales, es que dos muchachos se ponen flanqueando a un tercero al
centro de éstos, lo hacen que salte hacia arriba, le ponen zancadillas en las
pierdan y lo tumban de espalda, provocando una caída que no puede controlar la
víctima, cayendo al piso y golpeándose la nuca las más de las veces con malas
consecuencias, incluso fatales por lo sorpresivo, no alcance ni a meter las
manos.
“Eso es algo que los directores
deben de prohibir, dialogar con los padres de familia, ampararse también con
los supervisores escolares para que, aquéllos chiquillos que anden incidiendo
en este tipo de juegos, sean sancionados de una manera severa, ya no sólo una
expulsión de quince días, lo mejor por un semestre porque, a grandes males
también grandes remedios, no podemos permitir, como sociedad este tipo de
cosas, cada vez más graves, cuando ha habido casos de alumnos que amenazan o
lastiman a los propios maestros”, comentó.
Pero qué tanto pueden hacer en este
problema y maestros y directores, cuando incluso Derechos Humanos y los mismos padres de familia los señalan o
condenan por corregir a “sus pequeños hijos?, se le cuestionó al entrevistado,
respondiendo: “Están muy acotados los maestros, es la palabra de éste con la
del alumno, eso sí es cierto, Derechos Humanos ha dado mucho poder a padres de
familia y a los alumnos. Antes el padre de familia llegaba con los maestros y
le decían; nada más le encargo los ojos, no llegaban a esos extremos, algunos
sí se pasaban, pero no era tan evidente y el padre de familia tenía autoridad
en la casa”.
Indicó que ahora no solamente el
padre de familia trabaja fuera de casa, también la mamá y el hijo se queda a
ver la televisión o usando el celular o la y la Tablet, generándose un
descontrol en el hogar que si el niño hace una daga en la escuela el padre
o la mamá, en lugar de enojarse con el
hijo, lo hace con el maestro, con el director del plantel al que acuden a
estudiar y luego denuncia ante Derechos Humanos o directamente con la fiscalía
al maestro o director de tal o cual escuela.
“El maestro se ve muy amarrado, si
tienen guardia los maestros, porque a la hora del recreo, que antes era un rato
de descanso para el profe y echarse un lonchecito, ahora tiene que estar en una
cuidando la disciplina de la escuela y se rotan, entre quienes les tocó el
patio, el pórtico, los sanitarios o el área deportiva, se van rotando, estando
atentos para ver qué pasa en su escuela. En todo caso el maestro es el castigando, tiene que haber una
reforma a los Reglamentos escolares para deslindar responsabilidades, qué le
toca al maestro, al director o al padre de familia, en toda esta problemática
contribuye mucho el uso del celular, no se puede prohibir, a nivel secundaria
que no lo lleven los alumnos, una porque Derechos Humanos dice que es su
derecho, y la mamá o el papá del alumno, porque quieren comunicarse con el hijo
y no están de acuerdo que el maestro o el director les recojan el teléfono”,
abundó el maestro Pedro Mariscal.
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