Juan
José Ríos Ríos
Vaya
mensaje que le dejó el Secretario General de la Federación de Trabajadores de
Jalisco y sus municipios, Cuauhtémoc Peña Cortés, al alcalde de Zapotlán el
Grande, Alejandro Barragán Sánchez, durante la segunda manifestación que le
hacen por su mal trato hacia los trabajadores de este gremio, que no solamente
violenta sus derechos como tales, también busca dividirlos al hacerles
propuestas de cambiarse a otro sindicato en donde tendrían mejores prestaciones,
según se dijo en el acto de protesta.
Peña Cortés se manifestó que la
administración municipal que encabeza Barragán Sánchez, se ha caracterizado por
el ambiente polarizado que se ha creado por su comportamiento, que se maneja
con odio, revanchista y con actos de
venganza contra todo aquél que considera como enemigo, que promete soluciones
por escrito que no cumple, y que tampoco da la cara para atender las demandas
que se le han hecho, considerando que con ello violenta la libre asociación y
los derechos humanos.
Y, en la apariencia, los señalamientos
se justifican porque nadie se manifiesta públicamente por dos ocasiones
reclamando lo mismo, algo sucede que no se quiere atender por parte de los
destinatarios, no es que dudemos de lo expresado por Peña Cortés, pues otras
circunstancias semejantes se han manifestado, también públicamente, donde el
aludido alcalde parece no tomar en cuenta que es parte de su responsabilidad
atender a los empleados de la administración municipal, sobre todo cuando los
mensajes van dirigidos a él, es la primera autoridad y por lo tanto el primer
responsable de lo que se haga bien o mal en su gestión como tal.
Sabemos que no es fácil gobernar,
que la administración municipal, en este caso, parece que le ha quedado más
grande a las expectativas que pudo haber tenido al ahora presidente municipal cuando
se postuló para la candidatura que hoy lo tiene en el cargo, que ganó porque
logró convencer con sus promesas de campaña y, en mucho, porque los ciudadanos,
los votantes, ya han encontrado el hilo para exigir buenos gobiernos y mejores
resultados, participando y eligiendo con su voto en las urnas a los que les
confía el cargo, lo que puede pesar si es que se tiene en mente seguir
“sirviendo” a los habitantes del municipio y distrito, postulándose nuevamente
para otro cargo público, generoso en paga, sean cual sean los resultados que
den los funcionarios públicos en turno.
Con el paso del tiempo y debido a
que Zapotlán el Grande, como municipio, ha tenido como gobiernos a gentes que
no han llegado al cargo para servir a sus habitantes, más bien para hacer
carrera política como se ha vuelto costumbre, y que a su paso han favorecido el
engrosamiento del personal y con ello la carga para el erario público, al
posibilitar la incorporación de personal a tal grado que la mayor parte del
presupuesto se destina al pago de nómina y prestaciones de los empleados de
base, sindicados, de confianza y los integrantes del ayuntamiento, sus asesores
personales y demás “derechos” que se les otorga con dinero público, “el pueblo
paga”.
Sabemos que los trabajadores tienen
derecho, por ley, a la posibilidad de defenderse agrupándose en un sindicato, y
aunque se quejan de malos tratos y no estar con las condiciones económicas y de
prestaciones mejores al resto del personal que no tiene esta condición, en la
actualidad todo el aparato que se considera como Administración Municipal de
Zapotlán el Grande y sus servicios u obligaciones, tiene en su nómina cuatro
agrupaciones sindicadas, no estamos en contra de sus derechos como
trabajadores, pero ya es tiempo que la administración municipal se finque en la
gente que tiene en nómina, que se posibilite que los que ya estén dentro ocupen
cargos considerados de confianza, asesores, directores o coordinadores, hay
tanta variedad y tanta carga económica que también pesa y limita cualquier
acción, para realmente servir y trabajar por todos.
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