Juan José Ríos Ríos
En su
desesperación y en su lucha por recuperar el poder político en el país, quienes
aún militan el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre todo aquellos
que aspiran por sus tiempos de gloria y quieren volver a estar en el foro de
las atenciones y de los cargos públicos que en el pasado mantuvieron, que los
hay también aquellos que nunca han dejado de vivir del presupuesto, buscan
entre sus reliquias políticas a quien poner enfrente de sus aspiraciones en un
intento y ánimo de volver a llamar la atención y confianza de los ciudadanos,
sobre todo el voto, con miras a las elecciones del 24 para la presidencia de la
república.
Sin duda que en el pleno uso de sus
derechos ciudadanos, estos políticos y algunos todavía “servidores públicos”, o
bien con representación de su partido como delegados en algunos estados o
municipios, están en condiciones y en su necesidad de recurrir a todas sus
posibilidades para salir adelante en su proyecto, pues ya no son los tiempos de
antes, se durmieron en sus laureles y sus contras políticos han acaparado no
solamente el poder político en el país, también su respaldo y, lo principal, su
confianza y voto.
La meta no es fácil y menos si están
en la creencia en que volverán por sus fueros apoyados en aquellos personajes
que, en su tiempo, tuvieron su momento de gloria, estuvieron en la mira
nacional por sus dotes y capacidades de políticas, pero que no hicieron más
allá que de mantenerse en cargos públicos, eternamente, sin aportar nada a su
partido y, por lo que se está conociendo y se padece, menos por los ciudadanos,
por aquellos que, por décadas, les dieron su confianza y su voto, se sumaron a
la marea de la corrupción imperante entregándose de lleno a la avaricia del
dinero y del poder, sobre todo aquellos que avalaron la venta de bienes
nacionales y súper fraudes y deudas eternas como el Fobaproa.
Desde nuestro punto de vista,
políticos y funcionarios una vez logrado sus propósitos, sólo se dedicaron a lo
suyo, por sus intereses y fieles –vendidos-ante quienes los encumbraron, un mal
que padecen todos los que viven en esta “gloria del poder”, pues en su casi
totalidad han surgido de un mismo partido-sistema, los otros, principalmente el
PAN, para cuidar sus intereses y no los del país, donde, atraídos por el canto
de sirena se unieron en una alianza en la que demostraron lo que son y lo que
tienen como grupos políticos, lo que les ha originado un desmembramiento
interno más agudo y un rechazo total de los ciudadanos, aunque todavía los hay
que ven con bueno$ ojo$ su movimiento.
Dicen que en la política y en el
amor, todo se vale. En ambos hay consecuencias, pero al fin y al cabo el libre
albedrío y el derecho es de cada quien, cada quien hacen lo que mejor le parece
y le conviene, incluidos muchos, millones de mexicanos, que todavía no han
abierto sus ojos y, en realidad, no teniendo mucha oferta, de la buena y para
el futuro y mejores tiempos del país y de ellos mismos, siguen en la
indefinición, otros muchos, millones también, a la expectativa, de ver y
conocer ofertas, a sabiendas que con su voto y su decisión, todo puede mejorar,
no dejar hacer y pasar para no volver a lo de antes, a lo que imperó siempre.
Y, los políticos y sus partidos, no
se duermen por sus intereses, ahora van por las reliquias, no tienen más de
dónde agarrarse, qué ofertar, precisamente por NUNCA trabajaron por el bien de
su partido y de la sociedad, no basta que sean personas con mucha experiencia
política y títulos a las que pretendan recurrir para sus objetivos, tienen sus
derechos vigentes pero se los acotaron por sus decisiones, por su hacer ya en el cargo público, por lo que será
difícil, no imposible, volver, del pasado, al presente, pero,
la lucha es permitida.
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