El linaje Manzano tuvo un impacto muy interesante en la región gracias a uno de sus más polémicos miembros. A principios del siglo XVIII aparece avecindada en Zapotlán la pareja formada por don Domingo Manzano y doña Ana Manuela de Cuevas, quienes fueron abuelos de don José Antonio Manzano Gutiérrez, firmante del documento que confirma el juramento a San José redactado en 1806.
José Antonio Manzano contrajo nupcias con doña Micaela Gutiérrez de Covarrubias el 8 de febrero de 1795. Hijo de ellos fue el polémico personaje don José María de la Trinidad Manzano y Gutiérrez, nacido en Zapotlán el 6 de julio de 1802 y casado con doña María de Jesús Ornelas y Martínez el 2 de octubre de 1839.
Reconocido como el principal cacique regional en el siglo XIX, don José María tuvo acciones muy desconcertantes, muchas de las cuales trascendieron como fue el despojo de propiedades y grandes extensiones de tierra, lo que consolidó la gran fortuna que amasó, convirtiéndose en propietario de las principales haciendas en la región: El Jazmín, Santa Catarina y San Nicolás, entre otras; además, fue mayordomo de la función josefina en 1844 y 1852.
Sus hijos (que fueron muchos) se conformaron en una empresa familiar denominada "Manzano y Cía." misma que encabezó igualmente la mayordomía a San José en 1908. Descendiente de este linaje fue el ilustre diputado constituyente don José Manzano Briseño, uno de los firmantes de la Carta Magna de la nación redactada en 1917.
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