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Alcohólicos Anónimos, p. 83_
Para
mí el ser libre significa tanto la liberación de como la libertad para.
Primero
disfruto de la liberación de la esclavitud del alcohol. ¡Qué alivio! Luego,
empiezo a experimentar la liberación del temor — temor a la gente, a la
inseguridad económica, al compromiso, al fracaso, al rechazo. Entonces, empiezo
a disfrutar de la libertad para — la libertad para optar por la sobriedad, para
ser quien soy, para expresar mi opinión, para experimentar la paz del espíritu,
para amar y ser amado, y la libertad para desarrollarme espiritualmente.
Pero ¿cómo puedo ganar estas
libertades? El Libro Grande dice claramente que aun antes de hacer la mitad de
mis reparaciones empezaré a conocer una “nueva” libertad, que no es la vieja
libertad para hacer lo que más me complaciera, sin consideración alguna de los
demás, sino una nueva libertad que hace posible que las promesas de mi vida se
hagan realidad. ¡Qué alegría ser libre!
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