Víctor
Hugo Prado
Es
fascinante conocer de la existencia de hombres y mujeres capaces de modificar el orden social y cultural de los pueblos, dejando un gran
legado a las generaciones de ese momento, alcanzando a las futuras, incluso a
través de siglos.
Fray Antonio Alcalde y Barriga es de esos hombres. Nacido en Cigales, Valladolid, España, en 1701. Religioso dominico, fue obispo de las diócesis mexicanas de Yucatán y Guadalajara, ciudad esta última, en la que es especialmente recordado por los proyectos que impulsó.
De
acuerdo con el dictamen I/2020/532, del Consejo General Universitario, que se
fundamenta en la Enciclopedia histórica y biográfica de la Universidad de
Guadalajara, el 12 de diciembre de 1771, a sus 70 años, Fray Antonio Alcalde y
Barriga llegó a Guadalajara como el XXII Obispo de la Diócesis de la Nueva
Galicia. Su labor al frente del Obispado de Guadalajara es, sin duda,
fundamental para el desarrollo social de nuestra capital.
Impulsó
la construcción, a partir de 1787, del Hospital Real de San Miguel de Belén,
culminado en 1794, y hoy conocido como el Antiguo Hospital Civil de
Guadalajara. Además de la edificación del Albergue “Las cuadritas”, -primer
complejo habitacional popular en el continente americano-, la construcción del
Santuario de la Señora de Guadalupe, el Beaterio de Santa Clara, -institución
para dar albergue a las mujeres desamparadas de la ciudad-, así como la
urbanización de Guadalajara y la mejora de sus calles, por mencionar algunas de
sus obras más importantes.
Su
labor educativa también fue de grandes alcances, promoviendo apoyos en todos
los niveles educativos en Guadalajara, entre ellos, la apertura de una escuela
pública para niños, becas para niñas desvalidas, así como el impulso de la
enseñanza media.Su obra educativa culminó al convertirse en el fundador de la
Real y Literaria Universidad de Guadalajara, sus gestiones fueron
indispensables para su apertura el 3 de noviembre de 1792, iniciando así, la
historia de esta institución educativa.
El
18 de noviembre de 1791, gracias a las aportaciones patrimoniales y gestiones
de Fray Antonio Alcalde y Barriga ante la Corona española, el rey Carlos IV
otorgó la Cédula Real para la fundación de la Universidad en la capital del
Reino de la Nueva Galicia. Una vez otorgada la cédula, se llevó a cabo el
nombramiento del primer rector, José María Gómez y Villaseñor. En ella se
establecieron las cátedras de Cánones, Leyes, Medicina, Cirugía y Teología;
mientras no tuvo constitución propia se rigió por la de la Universidad de
Salamanca.
Por
la calidad y cantidad de sus aportes a Guadalajara, a Jalisco y al país mismo,
la Universidad de Guadalajara consideró en el mes de diciembre, necesario y
conveniente homenajear a Fray Antonio Alcalde y Barriga a través de la
Imposición Oficial durante el año 2021, de la Leyenda “Año del legado de Fray
Antonio Alcalde en Guadalajara”, en todo documento oficial de la máxima Casa de
Estudios, inmediatamente después del lema universitario, dictamen aprobado en
el máximo órgano de gobierno universitario.
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