Eduardo
Campos Flores
A
nadie se le escapa que una de las máximas del gobierno del presidente Andrés
Manuel López Obrador, es la de dar los apoyos directamente a quienes los
necesitan. De esta manera eliminó recursos a las guarderías, Escuelas de Tiempo
Completo y construcción de escuelas para entregarlos, de manera directa, a los
padres de familia.
También quitó recursos a dependencias federales, como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), hoy Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), para entregarles dinero directamente a pobladores de algunas zonas rurales para la construcción de caminos artesanales.
En
sus mañaneras y en sus giras por comunidades de los estados de Oaxaca y
Guerrero, el presidente afirmó: “Como si fuera gran ciencia hacer un camino”,
sin embargo, usuarios de redes sociales han dado cuenta de que sí es una
ciencia hacer un camino porque varios de ellos ya se fracturaron, presentan
hundimientos en muchos de sus tramos, lo que implica que de nada han servido
las presunciones de AMLO ni mucho menos los miles de millones que la 4T destinó
para estas obras.
Lo
anterior, deja ver que a López Obrador, en realidad, no le interesa la
infraestructura carretera y lo único que busca, con la entrega directa de
recursos a los necesitados, es la compra de conciencias. Muchos comentaristas
serios señalan que, en lo que va de su gobierno, ha destinado apenas el 18 por
ciento del presupuesto total a este rubro; mientras en el sexenio anterior la
cifra llegó al 24 por ciento, y en el de Calderón, cerca del 30 por ciento.
El
desdén presupuestal se refleja en la falta de mantenimiento a carreteras y la
lenta, casi nula construcción de caminos nuevos. Comentaristas destacan que, de
acuerdo con los mismos datos de sus informes de gobierno, se han construido 127
kilómetros de carreteras por año; lo que representa menos del 10 por ciento de
los mil 509 kilómetros que se construyeron durante el sexenio de Enrique Peña
Nieto.
Lo
que ha construido en carreteras el gobierno de López Obrador se vuelve
insignificante al compararlo con los tres mil 624 kilómetros construidos por
año durante el sexenio de Felipe Calderón, es decir, 28 veces más que lo hecho
por la 4T.
Como
se ve en el gobierno de Peña Nieto la inversión para obra carretera en relación
con el de Calderón cayó drásticamente, no obstante, la diferencia es abismal
comparado con el gobierno lopezobradorista. Otra de las diferencias que son
notables, es que, en los dos sexenios citados, es decir durante los gobiernos
neoliberales que dicen tanto odiar los puros y castos morenistas, las obras no
fueron construidas artesanalmente.
Hay
pruebas palpables de lo expuesto. En Jalisco, en el periodo de Enrique Peña
Nieto, se destinaron recursos para la modernización de carreteras alimentadoras
en distintos puntos de la entidad, considerados por las mismas estadísticas
oficiales en situación de alta marginación y pobreza, en las que, a pesar de
que se empleó maquinaria pesada para su construcción, las instancias
ejecutoras, SCT y Gobierno estatal, así como, las empresas constructoras,
contando con el apoyo de los beneficiados, no provocaron daños
medioambientales, pues casi todos los trabajos carreteros se ejecutaron sobre
los caminos ya existentes.
Hoy
necesitan urgente mantenimiento, los tramos carretera: Chacala-Cedros, Crucero
del Chico - Rancho Viejo - Las Marías en el municipio de Cuautitlán de García
Barragán; el tramo Talpa-El Desmoronado con una longitud de 34.5 kilómetros en
el municipio de Talpa de Allende; Zapotán-Entronque carretera Villa
Purificación-Chamela en el municipio de Villa Purificación; Nahuapa-Entronque
carretera federal 200 en el municipio de Tomatlán; Zopoma-Las Trojes en el
municipio de Tolimán; Zapotitlán-Loma de Guadalupe, Entronque carretera
Zapotitlán-Comala en el municipio de Zapotitlán de Vadillo; Entronque
Tolimán-Zapotitlán de Vadillo; Alista-Presa de Tierra, Crucero Apulco-San
Antonio en el municipio de San Gabriel; Entronque Carretera
Guadalajara-Tepic-Villa de Cuerámbaro en el municipio de Amatitán.
También
se modernizaron otros tramos carreteros en los municipios de: Gómez Farías los
tramos San Andrés-Ixtlán y San Andrés-Unión de Guadalupe; en Tuxpan el tramo
carretero Cuatro Caminos Tecalitlán-Santa Juana; en Tonaya el tramo Las
Higueras-crucero carretera El Cerrito; en Tamazula los tramos Contla-La Alberca
y Contla-El Pitayo; en Pihuamo el tramo carretero Pihuamo-Colima-Los
Naranjos; en Zapotlán el Grande el tramo libramiento colonia Antorcha
Popular 1-La Cofradía y en Tuxcacuesco los tramos Tuxcacuesco-El Camichín,
Zenzontla-San Miguel, entre otros. Todas estas carreteras como dije líneas
anteriores se encuentran en municipios situados, por los organismos medidores,
en pobreza y pobreza extrema, y que no solo sufren por sus carreteras sino por
muchos más derechos como educación, salud, alimentación, empleo.
Basta
el sentido común para entender que toda obra, en especial la de infraestructura
carretera, año con año necesita trabajos de conservación y mantenimiento. Sin
embargo, durante los cuatros años de gobierno cuatroteista, la SICT en Jalisco,
la instancia encargada de garantizar vías de comunicación en óptimas
condiciones de uso a los jaliscienses y al pueblo de México ha brillado por su
ausencia, pese a los reportes de los daños en las carreteras alimentadoras
ocasionados por el paso de vehículos y las provocadas por las lluvias que le
han hecho llegar los afectados, entre automovilistas y vecinos de los lugares.
Mientras
se destruyen las carreteras alimentadoras, AMLO en una de sus mañaneras dijo
que la construcción de proyectos esenciales requiere una gestión central en
lugar de presupuestos fraccionados.
“Se
están llevando a cabo obras estratégicas que requieren de una conducción desde
las oficinas centrales. Por ejemplo, la ampliación de carreteras, la
construcción de autopistas, de puentes, el mantenimiento de las carreteras. En
vez de fraccionar y que cada delegación maneje un presupuesto, unir todo el
presupuesto, unir todo el presupuesto de mantenimiento y llegar a acuerdos”
afirmó.
Ahora
bien, todos sabemos cuáles son las obras estratégicas del mandatario federal:
el mantenimiento con miles de millones de pesos del Aeropuerto Felipe Ángeles
(AIFA) que no tiene vuelos; la terminación de la refinería de Dos bocas, obra
que fue inaugurada por la 4T, pero que hasta el momento no ha producido un solo
litro de gasolina; la construcción del Tren Maya, obra multimillonaria de la
que solo se sabe sobre la destrucción de la selva del sureste mexicano.
Las
declaraciones del mismo presidente López Obrador evidencia que no está entre
sus prioridades el mantenimiento y la conservación de caminos y carreteras alimentadoras,
por lo que los Antorchistas de Jalisco no pueden quedarse cruzados de brazos,
se impone la necesidad de emprender acciones, desde denuncias en redes sociales
y en medios de comunicación hasta salir a las calles de la ciudad de
Guadalajara e ir a buscar a los encargados de la SICT para hacer que cumplan
con su obligación. Estimados compañeros, preparémonos para una lucha larga y
difícil, no queda otra alternativa.
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