Víctor Hugo Prado
Primer acto. Guillermo Sheridan, investigador de la UNAM
denuncia públicamente que la tesis de Yasmín Esquivel, ministra de la SCJN, es
un plagio de otra publicada un año antes de que ella lo hiciera.
Segundo acto. La ministra se ve envuelta en un verdadero lío,
pasa mal la navidad y también la fiesta de año nuevo. Se tambalean sus
aspiraciones a presidir la SCJN máximo tribunal constitucional del país. La
ministra niega categóricamente que ella haya plagiado la tesis.
Tercer acto.
Días previos a la elección de presidenta o presidente de la SCJN la ministra
denuncia que Edgar Ulises Báez quien publicó la tesis en 1986 era el verdadero
plagiario y no ella que la publicó en 1987, avaló su denuncia con tal descaro
la propia directora de tesis de Esquivel.
Cuarto acto. Se da la elección de la presidencia de la Corte,
la ministra Esquivel no se retracta de aspirar a la presidencia, pese a los
señalamientos de plagio, la defienden desde palacio nacional, pero ni con ello
pueden detener la avalancha que la deja en el camino donde obtuvo dos votos de
11, el de ella y otra persona “solidaria” con toga de ministro.
Quinto acto. Se pensó que después de la tempestad vendría la
calma. No sucedió, la UNAM venía revisando el sonado caso y una comisión de integridad
académica y científicadetermina que hubo plagio pleno, pero que no tiene
competencias normativas para anular la cédula profesional que le permite el
ejercicio de la profesión y remite las facultades a la SEP, le avienta la
bolita.
Sexto acto. La SEP regresa el asunto a la UNAM, la exhorta el
gobierno federal a que no evada su responsabilidad, que son temas que en el
ámbito de su autonomía debe resolver, y que le compete al Consejo y Tribunal
universitarios. Se regresa la bolita. Hasta aquí la obra.
En tanto más actos se suman a la hasta obra inconclusa. Habrá
de recordarnos a todas y todos que, como lo define Juan Pablo Pardo Guerra en
el artículo “Clonando Gigantes”, publicado en Nexos, “El plagio no es, así,
simplemente un hurto, una infracción a derechos de propiedad intelectual. Es un
acto profundamente deshonesto… la honestidad en todos los ámbitos es parte
necesaria de la lucha contra la corrupción y contra la impunidad. En nuestro
ámbito, en nuestra comunidad, el plagio es, también, corrosivo. Lo que está en
juego no es meramente la reputación de instituciones o individuos sino la
solidaridad que fundamenta (o debería de fundamentar) nuestro conocimiento. Los
problemas de México podrán no ser productos del plagio, pero sin duda el
plagio y su defensa son parte integral de las estructuras que activamente
reproducen la desigualdad…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario