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domingo, 29 de enero de 2023

Día Mundial de la Educación


  

Víctor  Hugo Prado

 

El 24 de enero se conmemoró el Día Mundial de la Educación.  Se celebra ese proceso formativo del ser humano, destinado a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de acuerdo con la cultura y normas de convivencia de la sociedad a la que pertenece. Se festeja el derecho fundamental que tienen las niñas, los niños y los adolescentes en su carácter obligatorio, pero que alcanza a los adultos en sus anhelos de cursar la educación superior. La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad de los Estados y las sociedades que los integran, a ofrecerla con calidad, integralidad, orientada al desarrollo sustentable y sostenible, que apuntale la paz y el desarrollo.




De acuerdo con la UNICEF, en México, más 4 millones de niños, niñas y adolescentes no asisten a la escuela, mientras que 600 mil más están en riesgo de dejarla por diversos factores como la falta de recursos, la lejanía de las escuelas y la violencia. Además, los niños y niñas que sí van a la escuela tienen un aprovechamiento bajo de los contenidos impartidos en la educación básica obligatoria .Aquellos que viven en comunidades indígenas o hablan una lengua indígena están particularmente en riesgo de no ir a la escuela o de tener un bajo aprovechamiento. Y esto es un enorme reto para los gobiernos de los distintos niveles. 


La educación es el instrumento más poderoso del que dispone la sociedad para que sus integrantes salgan de la pobreza, ofrezca un camino para alcanzar un futuro prometedor, no contar con este derecho o tenerlo sin calidad, limita las posibilidades de las personas,  y eso es inaceptable.





Es deseable que toda acción encaminada para la mejora educativa sea el resultado de rigurosos estudios desde diferentes perspectivas pedagógicas, didácticas, del avance y tendencias de las disciplinas, de la metodología de la enseñanza, del contexto social y cultural de los alumnos. Lo que no puede ser motivo del cambio son las ocurrencias, para dejar un sello personal o para imponer una visión ideológica sin sustento científico, cualquiera de ellas es una perversidad que contraviene al Objetivo Cuatro del Desarrollo Sostenible de la ONU, que señala que la educación debe ser incluyente, equitativa y debe permitir la movilidad socioeconómica ascendente, pieza clave para salir de la pobreza.


El mismo objetivo sustenta ampliar el acceso a la educación y las tasas de matriculación. Por ello, los gobiernos no deben regatear la inversión en educación, tampoco para que sea de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida. En nuestro país, no se logrará alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos, sino se pone en el centro a la educación.

 

 



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