miércoles, 7 de diciembre de 2022

Trabajo ¿decente?


  

Juan José Ríos Ríos

 

 

Una verdad ignorada por casi todos los trabajadores de México, incluyendo de industria, comercio o del campo, era el conocer que por lo que se trabajaba no era compensado con un salario digno por parte de los empleadores, solapado e incluso auspiciado por los mismos “líderes” sindicales, razón por la cual cualquier persona que prestara sus servicios, ya no se diga de tipo doméstico, “gozaba” de los salarios más bajos de América del Norte, Centroamérica y cono sur del continente.



            Esto se conoció con el cambio de régimen en el país, cuando a estas alturas, a cuatro años de iniciado y por los aumentos aprobados por los representantes de los trabajadores, patronales y a insistencia del Gobierno Federal, a través de la Secretaría del Trabajo, por lo que, a decir de voces externas, México se encamina a lograr que la mayoría de la población cuente con un trabajo decente.


            “La ratificación de los convenios internacionales, la reforma laboral y la política de recuperación salarial, son elementos que van a generar en cadena una dinámica de justicia social que está en marcha”, se publica en un boletín por información surgida de  la Organización Internacional del Trabajo (OIT).






            Pedro Furtado de Oliveira, jefe de la oficina en México, señaló que los actores del mundo laboral deben acompañar este proceso, es decir, el sector privado, que está recalificando su mano de obra y capital humano, y los sindicatos, que deben responder a las demandas de los trabajadores.


“Estamos en un momento muy importante y fecundo para que esa justicia social sea sólida y duradera, concepto que la OIT adoptó”, consideró el declarate.


            En entrevista dijo que el país vive un momento en que la estructura tradicional laboral está en proceso de cambio, con desafíos importantes, como la informalidad y las modalidades atípicas derivadas de la pandemia de covid-19, como el empleo a través de plataformas digitales. El originario de Brasil, destacó la ratificación por el gobierno de los convenios 189, sobre las trabajadoras del hogar, y 190 contra la violencia y el acoso laboral, con el objetivo de prevenir y eliminar esta problemática.





            “Esos elementos, que pueden parecer sencillos pero son momentos importantes, de a poquito van generando una agenda entre el empleador y el trabajador, para lograr mejores condiciones de empleo”, agregó.


            Consideró trascendental la reforma laboral en el país que garantiza libertad sindical y negociación colectiva, cuyos resultados aún deben valorarse, estando por verse el impacto; hay mucha presión para que haya resultados concretos, aunque los avances con los contratos colectivos están en proceso de legitimación. “Otro elemento que coadyuvará a alcanzar un trabajo decente, es la reforma para duplicar el número de días de vacaciones, de seis a 12, cuya eventual aprobación está pendiente en la Cámara de Diputados.


            Finalmente dijo que hay elementos para demostrar que, justamente, cuando un trabajador puede sentarse a laborar y descansar en su momento adecuado, genera una dinámica muy positiva para la productividad, pues quien no descansa lo suficiente puede ocasionar accidentes, muertes y enfermedades.


            Un estudio de la OIT indica que alrededor de 750 mil trabajadores mueren al año a causa de ataques al corazón o derrames cerebrales debido a largas jornadas laborales. En México, cada trabajador invierte un promedio de 2 mil 246 horas anuales en laborar, equivalentes a cerca de 43 horas por semana, según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.

 

 

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