Víctor
Hugo Prado
La lectura es
un acto humano, una experiencia de comunicación que provoca que se
desarrollen las capacidades cognitivas de la persona. Mediante ella, se apropia
de conocimientos tan fundamentales para la asumir la vida misma. La lectura
posibilita el desarrollo intelectual, la capacidad de soñar, de ampliar los
horizontes del lenguaje, a la vez que, se mejora la expresión oral y escrita.
Es el vehículo que acerca a mundos extraños, fascinantes, incógnitos y
recónditos.
Leer
en una época marcada por la inmediatez, por la cortedad del tiempo, por los
enormes distractores sociales y tecnológicos conlleva un enorme desafío. Para
nadie es desconocido que el uso del celular nos ha llevado a perder la
capacidad de leer, y con ello, de desperdiciar la oportunidad de aprender, de
informarnos, imaginar, recrear, de provocar inspiraciones, de ponernos en los
zapatos, y que digo los zapatos, en la piel de la otra o del otro. Los videojuegos apartan a nuestras niñas, niños
y adolescentes de ejercitar el cerebro de la manera más sustentable, saludable
y económica; que los lleve a soñar, a ejercitar el pensamiento, a producir
ideas, a liberar las emociones como la ira, la frustración; a producir
alegrías, a generar fascinaciones y acrecentar el amor.
Quienes
tenemos una responsabilidad con la educación estamos obligados a generar los
andamiajes para que los jóvenes se sientan atraídos por los libros, para que se
den el tiempo para leer, para que descubran los hechizos que producen la
lectura. Se trata de construir escenarios de ganar-ganar, que gane el alumno
como lector, con lo que puede incrementar su rendimiento escolar y sus
posibilidades de emprender futuros profesionales con éxito; gana la sociedad
porque se forjan seres humanos más comprometidos, ganan las instituciones
educativas, al cumplir mejor la encomienda otorgada.
Docentes
y autoridades escolares debemos hacer causa común para fomentar la lectura,
para acrecentar las bibliotecas, sugerir títulos, crear las condiciones para
que el estudiante tenga acceso al libro, al igual que abrir espacios, clubes,
talleres de lectura. La lectura no solo para el acceso a los textos académicos,
sino como método permanente de enseñanza aprendizaje que provoque estimular el
pensamiento creativo, de acrecentar los recursos sociocognitivos que poseemos.
El
instrumento de la lectura es el libro en las manos, ojos y mente de la persona,
ese libro que describe Benito Taibo como “paraguas para el sol y la lluvia,
escudo contra las flechas de la estulticia, de la imbecilidad que inunda el
cielo. El libro es la almohada para tener mejores sueños, cama de clavos para
tener las más chidas pesadillas, el libro es pañuelo para las lágrimas, bálsamo
para las heridas, el libro es este ladrillo que construye ciudadanía, casas,
muros, universos. Somos lo que hemos leído; por el contrario, somos la ausencia
que los libros dejaron en nuestras vidas”.
Este
es mi comentario para Radio UdeG que siempre tiene una propuesta sonora
atractiva, que acerca a las voces y los sonidos del presente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario