jueves, 24 de noviembre de 2022

Trabajadores… ¿sin garantías?


 

Juan José Ríos Ríos

 

 

Una denuncia hecha a este medio informativo por una persona, mujer, que se dice empleada en la Administración Municipal de Zapotlán el Grande, dijo ser afectada por acoso sexual y laboral en el área que se desempeña. Pese a su condición de dama, de haber denunciado el hecho desde hace más de un año, según lo declaró, NADIE se ha molestado en darle atención ante la delicada situación que vive.



            Curiosamente, en esta misma administración y por conducto de la Regidora Sara Moreno, se propuso y se aprobó por el Cabildo local un protocolo por la prevención, atención y erradicación del hostigamiento y del acoso sexual, laboral y violencia de género dentro del Gobierno Municipal de Zapotlán el Grande. “Sumamos a los líderes de los sindicatos, aunque es para proteger a la mujer, no nos olvidamos de los hombres”, dijo en su tiempo la servidora pública a este medio informativo.


            Esto dice mucho del actuar de quienes debieran de atender el problema, principalmente el Presidente Municipal, Alejandro Barragán Sánchez, por ser él la primera autoridad de Zapotlán el Grande, y principal responsable de la administración que encabeza, encubrir o desoír quejas de este nivel, dejar pasar, dejar hacer, más todavía. No estamos dando por hecho el presunto delito, que alcanza ese nivel el acoso sexual y el hostigamiento laboral que denuncia es objeto quien se dice afectada, por lo que es de desearse y esperarse una intervención, incluso del área jurídica del Ayuntamiento, para deslindar responsabilidades, de ser el caso.


            La quejosa indicó desempeñarse  como auxiliar administrativa, con base, es decir, desde el inicio del actual gobierno municipal sufre el acoso, que incluso le ha causado problemas de salud, según su dicho, tristeza y rabia, pues no ser escuchada y mucho menos atendida su problemática que, según sus palabras, raya en ofensivo al extremo, conducta que dice ya practican otros “compañeros” con ella, pues como nadie hace caso, a aprovecharse al gusto y antojo, validos de que ocupan cargos superiores, como administrativos, en el área donde se le ha ubicado y molestado.


            Para complicarle el cuadro que padece, hubo la necesidad de que se le practicara una cirugía, al grado de su jefe inmediato le indicó que su superior del área y según el mismo Barragán Sánchez, le preguntaron “si ya estaba funcionando”, abusando aún más del cargo que tiene el presunto acosador, al indicarle que él tenía la autoridad de cambiarla o correrla, por lo que ya se consolida también el acoso laboral, lo que ha denunciado, incluso ante el mismo Coordinador del área, quien no le creyó porque a “él no le costaba nada”. (sic).





            Ante ello acudió con el Sindicato de Servidores Públicos del Ayuntamiento de Zapotlán el Grande, donde dijo haber recibido apoyo y asesoría, lo que sólo le valió para que la cambiaran de área porque ya no la quería ahí, siendo enviada a otro departamento, sin oficio de comisión, indicando además no tener certeza laboral ni un lugar asignado. Y de esto hizo ya un año, cuando ya se tienen aprobado un “Protocolo de prevención, atención y erradicación del hostigamiento y el acoso sexual, laboral y de violencia de género dentro del Gobierno Municipal. Imagine usted, nadie ni nada sirve de defensa a quien se dice ofendida. ¿Habrá algún Regidor, incluida Sara Moreno, que si interese en investigar y, en su caso, ayudar a esta mujer?


            Conocido y hecho público este caso, donde una mujer es la presunta víctima, yéndose un poco atrás, al inicio de la actual administración, en la  misma toma de posesión del alcalde se pudo conocer la postura petulante del mismo, cuando, incluso por escrito, se “informó” a los periodistas y comunicadores locales que no podíamos asistir al acto, que sólo una empresa (tv) tenía la “capacidad” técnica y lo que para el caso requería Barragán Sánchez en su evento, que ES PÚBLICO, es decir abierto a todos, so pena de ser sacados del evento e incautado el equipo.


            El único que incurrió en desacato fue el compañero periodista y fotógrafo, ya fallecido, Francisco Rodríguez Farías, quien fue objeto de hostigamiento por los esbirros que para el efecto dispuso “la primera autoridad”. Lamentablemente Paco ya no está, pero el hecho me lo dijo a mí, lo que incluso, en la única reunión a la que asistí por invitación del alcalde, a través de su área de Comunicación Social, se lo dije en su propia cara, indicándole que él había dado inicio a una relación hostil, lo que parece ha permeado a su administración, y el mejor ejemplo, actual, aunque ya tenga UN AÑO  de darse, es el caso de la trabajadora al servicio de la Administración Municipal, cuyo nombre la Dirección de Diario El Volcán, decidió no hacer público, para no complicarle más su situación.

           

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