Juan
José Ríos Ríos
El
Volcán/Guzmán
Sin que
conozca nada oficial al respecto, la cuota de peaje por la autopista
Guadalajara-Manzanillo que se aplica en la Caseta de San Marcos, Municipio de
Tonila, Jalisco, se incrementó de $163 a $182 pesos, $19 pesos más que lo que
hace pocos días se cobrara por utilizarla, por lo que resulta de todo gravoso
para los usuarios que van de Ciudad Guzmán a Colima, incluso por el nuevo tramo
que acaba de entrar en servicio.
Sin duda, que el nuevo trayecto,
además de contar con puentes de gran altura y extensión, que producen una nueva
sensación cruzarla por sus tramos rectos y las vistas espectaculares que se
tienen en su entorno, reduce el tiempo de ida de Ciudad Guzmán a Colima en
cuando menos 15 minutos, pero es del todo gravoso, lesivo, para quien quiera
vivirla la nueva experiencia, salvo que pagar $19 pesos más no les moleste.
Al respecto y de acuerdo a información que se produje en su tiempo, en el mes de febrero de este año, Caminos y Puentes Federales suspendió un aumento en las tarifas de las carreteras del país que estaba programado, anunciando que la medida obedece a instrucciones giradas por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes.
Se dijo que las tarifas de peaje en
carreteras aumentarían 7.36%, argumentando que el aumento se debía a los efectos inflacionarios
registrados en diciembre del año pasado y antepasado. El anuncio generó de
inmediato una ola de protestas entre empresarios de la industria
del transporte, pues ya enfrentaban aumentos en el costo de
combustibles, en el valor de materias primas y deberían desembolsar más dinero
para circular por las principales autopistas del país.
También se publicó que, aunque el
comunicado de Caminos y Puentes Federales no detallaba las razones para echar
para atrás el aumento, el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador
había prometido que no
habría aumento de precios en los servicios básicos que ofrece
la administración federal.
En
septiembre de 2019, dijo que se enteró del aumento al peaje de carreteras hasta que lo
experimentó viajando en automóvil por la autopista
México-Cuernavaca y que recibió reclamos por parte de ciudadanos. “Me sorprendió lo del aumento, dijo en ese tiempo López
Obrador, que aumentó la tarifa de
conformidad con la inflación”. Visiblemente molesto en la conferencia matutina
del 24 de aquel mes, aseguró que él no autorizó el aumento y
recordó a los servidores públicos de su administración que él se comprometió a
un aumentar el costo de los servicios en términos reales.
Señaló
que, si el aumento era mayor a la inflación, lo que se tenía que corregir. “Yo
no me comprometí a eso, a que no iban a aumentar en términos reales. Si
hay una carretera concesionada en donde la tarifa está aumentando más de la
inflación, se tiene que corregir, esto por lo que tiene que ver con Capufe, pero
no pueden abusar, aunque sean carreteras concesionadas. Si
Capufe mantiene esta política, lo más correcto e indicado es que todas las
concesionarias actúen de la misma manera”, dijo en ese tiempo.
Si bien es
cierto que han transcurrido nueve meses desde que se dio la suspensión del
aumento por CAPUFE, subir el costo del peaje al nivel del que se produjo en la
Caseta de San Marcos, sobre todo para quienes vayan de Ciudad Guzmán a Colima,
aun reduciendo el tiempo de su traslado de un lugar a otro, con sus puentes y
vistas espectaculares, 19 pesos más, es más que el índice de inflación y, como
lo dijera López Obrador, la política oficial es de no aumentar el costo, ¿Por
qué ocurre esto?, y más en tiempos en que hay más conductores utilizando los
cuatro carriles puestos en servicio. Esto es lo que hay y, que se sepa, hasta
el momento no se sabe de que se haya hecho público el citado incremento.
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