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martes, 11 de octubre de 2022

¿Quién falla?


Juan José Ríos Ríos

 

 

No hace mucho tiempo en que hicimos pública una queja surgido entre los elementos que conformar el cuerpo de Seguridad Pública de Zapotlán el Grande, en la que denunciaban su situación laboral en la que se ve comprometida su integridad física y sus vidas mismas, derivada de la falta de equipo apropiado para cumplir con su delicada labor de vigilar y proteger la seguridad de la población, comprendiendo también la falta de patrullas, bajos salarios y con muy limitadas prestaciones sociales.



            Como estamos en la creencia que su problemática sigue vigente, no tan solo por el poco tiempo transcurrido en que hicieron pública su demanda y, sobre todo, del poco respaldo o apoyo que afirmaron tener de parte del Presidente Municipal de Zapotlán el Grande, en el sentido de no escucharlos y desdeñar sus quejas, tomando en cuenta también lo declarado por la diputada federal por el Distrito XIX, Luz Adriana Candelario, en el sentido de que el Gobierno del Estado recibió participaciones federales para equipar, capacitar y que los  municipios cuenten con una mejor seguridad pública, preguntamos…¿Quién está fallando en este tema tan delicado?.


            Mucha razón tienen los elementos de seguridad pública de Zapotlán el Grande al reclamar no solamente ser oídos en sus demandas, pues son ellos los que entran en acción en hechos que, por desgracia, ocurren continuamente en el municipio, los más de riesgo para ellos, como lo señalaron en sus quejas, los que tienen que enfrentar, cumpliendo su deber, sin el equipo que los proteja de una probable agresión, y más por arma de fuego, cuando para comunicarse con la base o demás compañeros tienen que utilizar su celular, según su dicho, lo que prácticamente los deja indefensos en caso de ser repelidos por delincuentes.





            A ello, y de acuerdo a lo manifestado por los quejosos, hay que agregar que no cuentan con los servicios y prestaciones que, incluso, gozan la casi totalidad de los demás empleados de la Administración Municipal, que laboran en oficinas o en otras dependencias, pero donde no se ven sujetos a los peligros y riesgos que los policías tienen en las calles en el cumplimiento de su deber, pues hasta en caso de lesiones o enfermedades graves, de quedar en incapacidad o hasta la pérdida de sus vidas, sus dependientes quedarían en total indefensión, cuando en la estructura administrativa los hay que ganan más salarios que los mismos regidores que integran el ayuntamiento.


            De ello, la diputada federal señaló que es competencia del Gobierno del estado, que recibe las partidas presupuestarias de la Federación para los temas de seguridad en el estado y sus municipios, comprendiendo capacitación, equipamiento, acciones que se deben llevar por parte de los elementos de seguridad pública con estricto apego a la ley, respetando los derechos humanos y, sin duda con las patrullas, armamento y adiestramiento que para el cumplimiento de su delicada tarea deben de contar, lo que, a decir de los quejos, no tienen, ni lo elemental.


            Esta situación es muy cuestionable, no solamente porque los elementos de seguridad pública son seres humanos, con iguales derechos sociales y labores que todos los demás empleados de la administración municipal y, por supuesto, equipados debidamente para el buen cumplimiento de su deber y para su seguridad personal. Lamentablemente se quejan de que el alcalde ni siquiera los escucha, mucho menos ha de atender sus necesidades, y qué esperar si, habiendo presupuesto disponible para ello, según lo dice la diputada federal, el Gobierno del estado se hace sordo o la autoridad local no los gestiona, de lo contrario, otra fuera la realidad, ¿quién falla?


            La respuesta es muy clara, sin duda, pero que sean los ciudadanos de Zapotlán los que digan la última palabra. De nuestra parte consideramos que si bien los servicios de agua potable, recolección de basura y de alumbrado público, éstos últimos concesionados a un alevoso costo con cargo a las arcas municipales, fallan, en qué papel queda la seguridad pública y hasta ¿dónde los policías tienen razón en sus planteamientos? Deseamos que, lejos de condenar comentarios que señalan una realidad, denunciada por los propios afectados, se tome en cuenta el tema y, sobre todo, por el bien y seguridad de los habitantes de Zapotlán el Grande se haga algo.

           



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