Fernando
G. Castolo*
El 19
de junio de 1821, el prócer nacional don Pedro Celestino Negrete, recibe la
honrosa proclama que el pueblo y gobierno de Zapotlán el Grande le brindan, en reconocimiento
a ser considerado un héroe de nuestra libertad civil, según quedó asentado en
respectiva Acta de Ayuntamiento.
Un año antes, sin embargo, habría de visitar
esta población, acompañado de su esposa doña María Andrea Olavarrieta, a fin de
asistir a una ceremonia religiosa en el entonces templo parroquial (hoy Tercera
Orden), donde fueron padrinos, la que se verificó el 2 de octubre de 1820, en
que contrajeron nupcias el Teniente Coronel don Luis Correa González, natural
de Tlaltenango (residente de Zapotlán), de 33 años de edad, hijo de don José
Miguel Correa y doña Juana Josefa González; quien se desposó con doña Antonia
Dolores de Alcaraz y Ramírez, doncella y española originaria de Zapotlán, de 30
años, hija de don Miguel de Alcaraz y doña Josefa Ramírez. Pedro Celestino
Negrete y Falla nació en España en 1777; fue Presidente del Supremo Poder
Ejecutivo (Gobierno Provisional de México) en 1823.
Fue un destacado militar al que se le nombró
Capitán General de milicias en los estados de Jalisco, Zacatecas y San Luis
Potosí. En 1827 fue desterrado del país, estableciendo su residencia definitiva
en Francia donde fallecería en 1846.
Del
matrimonio que vino a apadrinar don Pedro Celestino Negrete, sabemos que uno de
los hijos de nombre Manuel de Correa y Alcaraz fue Presidente Municipal de
Zapotlán el Grande en 1851. Este testimonio de la presencia del Héroe Nacional
en nuestro humilde pueblo de provincia quedó asentado en los libros de Gobierno
de la iglesia parroquial (archivos documentales del templo de El Sagrario).
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