Eduardo
Campos Flores
Pocos
días después del triunfo electoral del actual presidente de México, Andrés
Manuel López Obrador, diversas organizaciones y medios de comunicación
documentaron el perfil de los electores que votaron por AMLO; observaron que
los votantes que llevaron al poder a Morena fueron de las secciones electorales
con el mayor porcentaje de viviendas con piso de tierra, el mayor porcentaje de
viviendas sin agua, un buen porcentaje de la población afiliada al seguro
popular, poco conectadas a internet, con los menores años de escolaridad
promedio y el menor porcentaje de viviendas con automóvil.
Desde un principio quedó claro que el gobierno de la 4T, aunque sea un proyecto personalísimo de AMLO, también es una expresión de la historia política reciente. Se explica por la enorme desigualdad que hay en México, por la persistencia de la corrupción y por los fracasos de varios gobiernos a la hora de disminuir la pobreza y la desigualdad, la violencia y la inseguridad.
Por
eso, Andrés Manuel López Obrador llegó a la presidencia de México bajo el lema
“por el bien de todos, primero los pobres”, por lo que con la instauración de
la autodenominada 4T surgieron diversos programas sociales (o solo les cambió
el nombre a los ya existentes) con los que buscan proteger a un sector
determinado de la población.
Sin
embargo, faltando casi dos años para que concluya el sexenio lopezobradorista,
a pesar de que el líder e ideólogo de los morenistas sigue pregonando que la
pobreza es su prioridad, está quedando más claro que sus políticas están
dañando precisamente a los pobres. Basta mencionar que los Programas de
Transferencia Monetaria Directa han demostrado su incapacidad para sacar a
México de la pobreza en que se encuentra, porque subsidia el consumo de la
gente, y no se desarrolla su capacidad productiva.
Además,
la política de entrega directa de dinero en efectivo ha dejado fuera la
realización de obras públicas básicas, educativas y culturales o deportivas que
desarrollan la capacidad productiva del pueblo y lo ayudan a salir de la
pobreza.
Los
daños en los casi cuatro años que lleva la 4T son trágicos; según la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en 2018, en México había 52
millones de pobres. Y para 2020, de acuerdo con proyecciones de esta agencia,
nuestro país alcanzó la cuarta proporción más alta de población en pobreza de
América Latina y el Caribe. Esto equivale a 55.6 millones de personas en
situación de pobreza (aunque datos extraoficiales señalas que son mucho más).
La
CEPAL, tiene en cuenta dos razones: la contracción del Producto Interno Bruto
(PIB) del nueve por ciento, debido a la pandemia, y el hecho de que México
ocupó el cuarto estímulo fiscal más bajo de los países de América Latina y el
Caribe, estimado en 1.1 puntos del PIB. Para 2022, la misma institución calcula
que los pobres en México son 58.1 millones, o sea, dos millones y medio más que
hace dos años y 6,1 más que al principio del mandato de AMLO.
Por
otra parte, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública (SESNSP) y de la Secretaría de Seguridad y Protección
Ciudadana (SSC), en la presente administración son asesinadas, en promedio, 34
mil 500 personas al año. El gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador
en lo que lleva su gobierno ya rebasó la barrera de 130 mil en feminicidios y
homicidios dolosos.
Con
base a lo expuesto brevemente, va quedando claro que al igual que los gobiernos
anteriores emanados del PRI y PAN, la 4T terminará derrotada, pero a qué costo,
si tomamos en cuenta no solo los dos años que le restan, sino que ahora el
gobierno actual no tiene el equipo ni los recursos necesarios para enfrentar
una crisis del tipo que sea.
Analistas
aseguran que el equipo presidencial va debilitándose. Quedan sólo los más
cercanos a AMLO, que si bien tienen algo de trayectoria política, es
esencialmente en el terreno del activismo y la movilización, no cuentan con
habilidades de gestión, administración, liderazgo de equipos. Todo porque los
morenistas, han destruido las capacidades técnicas en el gobierno y los
resultados son evidentes. Las advertencias de que eso traería consigo el
derrumbe económico y funcional, se han hecho realidad.
El
pueblo de México tiene la tarea de informarse para darse cuenta de que la 4T,
finalmente terminará derrotada y los costos son predecibles y los seguirán
pagando los de siempre, los pobres. Esta situación no puede seguir
prevaleciendo, pero la solución no es nada fácil, obviamente no está en regresar
al pasado.
La
salida está en acabar de raíz con la pobreza, pero para alcanzar este objetivo
no puede consistir solo en regalarle dinero a la gente, sino en instaurar un
proyecto económico, como el que propone el Movimiento Antorchista Nacional.
Por eso
los invito a que caminemos juntos en la construcción de una patria más generosa
que distribuya la riqueza generada por todos, para esto se deben modificar las políticas públicas desfavorables con base
a los 4 ejes de desarrollo que proponemos para México: la generación de empleo
para todos, el incremento significativo de los salarios, la recaudación justa
de los impuestos (que pague más el que gane más) y la aplicación de recursos
del erario para obras de beneficio comunitario. Los antorchistas estamos más
activos que nunca, seguimos encabezando a los pobres teniendo claro que el
gobierno debe estar al servicio de todos.
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