Fernando G. Castolo*
Si en
la antigua Zapotlán hubiesen existido "casas reales" como en la
rancia Europa, seguramente que el linaje Palafox-Lozano hubiese representado
esa presencia de familias de sangre azul. Todo empezó en el pueblo de Zacoalco,
entonces territorio de la Nueva Galicia, en el siglo XVIII.
Ahí tenemos al matrimonio de españoles formado por don Juan de Palafox-Lozano y doña María Agustina López de Oliva y Aguilera. De esta pareja tenemos el registro de dos hijos: José Gerardo de Palafox-Lozano y López de Oliva, quien contrae nupcias con doña María Manuela de Gil y Calatayud.
Don
Gerardo fue el segundo Alcalde que tuvo Zapotlán, del 1 de febrero al 25 de
septiembre de 1814. Se dedicaba al comercio a gran escala y mantenía una
cercana relación con importantes empresarios de Querétaro, su principal plaza,
donde mercaba sus productos, principalmente el algodón.
Era
cuñado de Benito Gil y Calatayud, propietario en la época de la Hacienda de Huescalapa
y quien era el absoluto concesionario en la explotación de la sal en la Laguna
de Sayula. Tuvo varios hijos, entre ellos a José Guadalupe de la Navidad de
Palafox-Lozano y Gil Calatayud, quien contrajo nupcias con doña María Guadalupe
Josefa Antonia Nabora Feliciana de Garibi y López de Lara, con quien tuvo por
hija a doña María de la Gracia Felipa Josefa de la Trinidad de Palafox-Lozano y
Garibi quien, a la postre, se convertirá en la primera dama de la nación, dado
que contrajo nupcias con quien sería Presidente de la República don Félix María
Zuloaga y Trillo.
Don
José Guadalupe, por cierto, también fue Alcalde de Zapotlán del 2 de enero al 8
de mayo de 1821. Él, junto con sus hermanos y padre, se unió a la lucha
insurgente, apoyando muy cercanamente al Cura don Miguel Hidalgo y Costilla. El
otro hermano fue don José María de Palafox-Lozano y López de Oliva, quien casó
con doña María Nicolasa de Aguayo. Ellos fueron padres del distinguido abogado
don Juan Francisco de Palafox-Lozano y Aguayo, personaje que fue igualmente
Alcalde de Zapotlán entre 1818 y 1819.
Otra de las hijas de este matrimonio fue doña
María Felícitas de Palafox-Lozano y Aguayo, quien casó con don José Luis
González-Rubio y Quintana de la Campa, también Alcalde de Zapotlán en diversos
períodos administrativos entre 1821 y 1824; además, de que en la época era
propietario del molino de harina de trigo localizado en Las Peñas.
Otra
más de las hijas de este matrimonio fue doña María Concepción de Palafox-Lozano
y Aguayo, quien casó con don Diego de Baz y Miranda, y cuyo hijo, don José
Guadalupe de la Trinidad de Baz y Palafox-Lozano, quien contrajo nupcias con su
prima doña María Laura de Palafox-Lozano y Palafox-Lozano, también fue Alcalde
de Zapotlán en 1832.
Finalmente,
sobrina de ellos fue doña María Juliana de Palafox-Lozano y Aréchiga, aquella
quien casara con el importante político don José María Darío de Vargas y
Padilla, que también fue Alcalde de Zapotlán en diversos períodos
administrativos entre 1834 y 1862; además, de haber sido Diputado al Congreso
del Estado y el primer Jefe Político del Noveno Cantón de Jalisco, con sede en
Zapotlán el Grande, en 1856.
Al
término de la causa, don José Gerardo de Palafox-Lozano y López de Oliva se
declaró en la ruina y su linaje desapareció del panorama regional, mientras que
la línea de su hermano don José María de Palafox-Lozano y López de Oliva
subsistió un poco más de tiempo a través de los linajes Baz y Vargas pero, al
final, también desaparecieron.
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