Víctor
Hugo Prado
El
grupo de hackers autodenominado Guacamaya que se infiltró en un servidor de la
Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y extrajo 6 terabytes de información
interna y confidencial, tiene en jaque a muchos gobernantes, clase política y
empresarios mexicanos. Lo sustraído hace apenas dos semanas está revelando cada
vez más actos de corrupción, excesos del poder, maniobras ilegales y lo que
está por descubrirse en los seis terabytes hackeados que representa el triple
de información divulgada en los Pandora
Papers que expusieron secretos financieros mundiales en 2021, o
el triple también de la información hackeada por Julian Hassange principalmente
al ejército de Estados Unidos, país que se encuentra particularmente molesto
por la revelación que hizo el australiano sobre los abusos que su ejército
realizó en las guerras de Irak y Afganistán.
En
el caso de Guacamaya, se trata de información militar de la Sedena
recopilada a lo largo de la última década, con un nivel de detalle de las
actividades operativas y de inteligencia de la milicia que nunca antes se había
hecho público en México. Por esos archivos se deja entrever que funcionarios
del gobierno del poder ejecutivo, Guardia Nacional, Pemex, Marina y empresarios
de los Estados Unidos estarían involucrados en el huachicol.
También
se da cuenta de operaciones en regiones específicas de grupos de la
delincuencia organizada, que controlan territorios, los métodos de operación
violentos a gran escala. Acuerdos ilegales entre autoridades de distintos niveles
y delincuentes, sobornos, omisiones que han permitido un crecimiento
exponencial de la delincuencia, de eso que todo mundo sabe, pero que ahora es
revelado en informes de quienes tienen mando en las fuerzas armadas.
Las
filtraciones revelan que 14 candidatos que compitieron en las elecciones de
2021 tienen posibles vínculos con el narco en Morelos, Guerrero y San Luis
Potosí; también se señala posible financiamiento ilícito de campañas. En el tema
de corrupción hay informes que detallan cómo se mueven los contratos. En
esencia hay una radiografía de la corrupción mexicana de los últimos 10 años,
se afirma.
“Lo
grave es que no solamente vienen correos del ejército, sino de quienes
contestan. De ejércitos de otros países, embajadas, de inteligencia extranjera,
muchos gobiernos extranjeros", lo expone BBC Mundo a través del periodista
especialista en ciberataques Alberto Escorcia.
Y
mientras aparecen cada vez más sorpresas que ponen al descubierto la
vulnerabilidad institucional, para el Presidente es un “ataque” de la prensa
conservadora, son campañas sucias de los adversarios, los que no quieren el
cambio, los clasistas y racistas.
En
lugar de salirse por la tangente, ya estaría nombrando una comisión plural de
la verdad que investigue los hechos y quien tenga responsabilidad que la pague.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario