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jueves, 1 de septiembre de 2022

La abra que mantiene en zozobra a Zapotlán

 

Fernando G. Castolo

 

 

A propósito de las abras que, recientemente, se han vuelto a manifestar en el valle zapotlense, dentro de la mancha urbana de Ciudad Guzmán, accidentalmente (porque buscaba otra información) leímos en un medio periodístico local de finales del siglo XIX, que las mismas las tienen detectadas desde 1838 en que, durante copiosas lluvias en el mes de febrero, se manifestaron, estropeando el paso de la peonada que transita rumbo a los sembradíos en el llano bajo.



 Luego, la misma publicación hace referencia a la nueva manifestación de esta abra durante las copiosas lluvias que se suscitaron en el mes de octubre de 1890 en que, por cierto, el recorrido de alegorías se verificó hasta el último día del mes, tiempo durante el cual los fuereños, con su presencia, prolongaron las solemnidades josefinas; entonces se vaciaron todos los corrales de Zapotlán dado que había que alimentar a un buen número de población flotante que esperaba ansiosa el tradicional Rosario.


En aquellos ayeres, claro que la abra no afectaba a la población, dado que la misma estaba fuera de la zona urbana. El Santuario era la orilla del pueblo. Simpáticamente se refieren en la nota que la abra sirvió para desahogar el agua que tenía anegada a la ciudad.





Para el temblor de 1911, en el mes de junio en que daba principio el temporal de lluvias, de nueva cuenta la abra se manifestó, aunque de forma moderada, dado que se menciona como algo secundario. Finalmente, en el temblor de septiembre de 1985, también con presencia de fuertes precipitaciones pluviales, la abra se volvió a evidenciar. En su torno las casas quedaron fuertemente fracturadas.


Quizá algún vival, en algún tiempo, a sabiendas de la presencia de esta abra, ofreció en venta predios que resultaron inapropiados, acabando así con importantes patrimonios particulares. Entonces, lo que se concluye es que la abra no es una fractura de la tierra novedosa en Zapotlán, y que la misma siempre se ha manifestado con más ahínco en ambientes muy húmedos del suelo como consecuencia de las precipitaciones pluviales. Habrá qué cotejar ello con los actuales especialistas, científicos y académicos, quienes tienen a la mano más herramientas para ofrecer luces fidedignas sobre este fenómeno natural que tiene en zozobra a una gran porción de los habitantes de esta ciudad.




 

*Historiador e investigador.

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