Salvador
Mateo
Con
datos de la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad
Pública (ENVIPE) el Instituto de Información Estadística Informática y
Geográfica de Jalisco (IIEG) publicó un documento el pasado 9 de septiembre
donde informa de la cifra negra del delito en Jalisco, 2021. El organismo
aclara que la cifra negra representa todos los actos delictivos que no son
reportados ante el Ministerio Público o que no son objeto de una averiguación
previa y por tanto no figuran en ninguna estadística. En Jalisco, este dato
representó el 93% del total de actos delictivos en 2021, según la ENVIPE) 2022.
Por segundo año consecutivo, la cantidad de delitos que no se denuncian en Jalisco creció. Durante el 2021 se quedó sin denunciar el 93% de los ilícitos en el Estado. Durante el 2020, esa cifra fue del 92.9%, mientras que en 2019 se registró un 90.2% de cifra negra. Esto implica que en la entidad jalisciense se denuncian solo 7 de cada 100 delitos. O sea, pese a que durante la entrega de la de un cuartel de la Guardia Nacional en Colotlán, Jalisco el presidente Andrés Manuel López Obrador presumió “Ya siento que estamos domando la inseguridad” lo cierto es que con AMLO crece el número de delitos no denunciados.
De
acuerdo con el EVIPE, el 57% de los encuestados decidió no denunciar por causas
directamente con las autoridades. Entre los motivos que estimaron que sería una
pérdida de tiempo, por tramites largos y difíciles. Otro de los motivos por los
que no denunciaron los jaliscienses fue que no confían en la autoridad, ya que
esperan una actitud hostil de parte del personal de la institución encargada de
investigar delitos o la posibilidad de ser extorsionados por dicha instancia.
Es
impactante examinar estas cifras, pues Jalisco está en séptimo lugar a nivel
nacional con una tasa de casi 32 mil delitos por cada 100 mil habitantes, esto
está por arriba de la tasa nacional. es uno de los seis estados que concentran
la mitad de las víctimas de homicidio doloso y de las 5 entidades donde suceden
el 63.5% de las extorsiones en México.
El
panorama nacional es complicado. Está documentado que en México de cada 100
delitos que se cometen solo 6.4 se denuncian; de cada 100 delitos que se
denuncian solo 14 se resuelven. Esto quiere decir que la probabilidad de que un
delito cometido sea resuelto en nuestro país es tan solo de 0.9%. De este
tamaño es la impunidad en nuestro país. A estas cifras responde la baja
confianza que reportan los ciudadanos hacia los ministerios públicos y
procuradurías estatales, solo el 10.3% de las personas dice confiar mucho en
estas instituciones.
La
inseguridad, es la principal preocupación de los habitantes. A nivel nacional
son la inseguridad y el alza de precios los temas que más preocupan a la
población, incluso han ido en aumento. En 2021, 58.9% señalaba la inseguridad
como la mayor preocupación. Este aumentó a 61.2%. En el caso del alza de
precios, pasó de 29 a 39.6%.
Nadie
debe olvidar que, en 2018, millones de mexicanos dieron su voto de confianza a
AMLO y Morena para llegar a la presidencia. En pago, la violencia, el crimen,
la impunidad, y la pobreza son el pan de cada día para los ciudadanos. Miles
siguen abandonando sus comunidades huyendo de la violencia, hay toques de queda
en diversas poblaciones, se multiplican las balaceras a plena luz del día. Los
muertos y desaparecidos no cesan.
El
actual gobierno federal y sus defensores gratuitos o por encargo han hecho todo
lo posible para que asimilemos la idea de que la violencia delictiva es
inevitable. la 4T pretende convencernos de que es normal que existan
secuestros, balaceras, asesinatos brutales, quema de automóviles y tiendas de
conveniencia, cobros de piso y que los delincuentes incidan en las elecciones
usando las armas para intimidar a la población; todo con el objetivo de que la
gente vea estos flagelos como parte de su rutina y no denuncie ni exija a las
autoridades un alto a la escalada delictiva que vivimos.
Lo
más grave es que como no se combaten los actos delictivos, hay fuertes
repercusiones en la economía y se incremente el punto crítico en que se
encuentra. Los índices de inversión se reducen en los países donde hay mayor
violencia social; ya que ésta provoca desconfianza en los inversionistas que
arriesgan sus bienes. Con lo cual se genera mayor desempleo, pobreza y en
consecuencia incrementan las acciones delictivas como robos en todas sus
modalidades: a casa habitación, de automóviles, motocicletas y bicicletas, a
usuarios del transporte público y de carga, entre otros.
Los
que debieron vender sus pocas pertenencias para pagar un rescate por secuestro;
los que se quedaron endeudados para comprar un auto o un celular, quienes
tuvieron que cerrar su negocio y verse obligados dejar a algunas personas sin
empleo, son los que más sufren las repercusiones de la violencia delictiva que
azota la economía nacional. Las víctimas, además de los daños físicos, las
pérdidas económicas, tienen que soportar las afectaciones psicológicas.
El
pueblo de México tiene la tarea de entender que la inseguridad, así como, la
pobreza y la desigualdad son flagelos sociales que tienen que acabarse. La
violencia delictiva es una descomposición social provocada por el modelo
económico neoliberal imperante en México, agravada con las políticas del
gobierno morenista.
El
pueblo es la única fuerza capaz de quitar en primer lugar a Morena, para poder
instituir un nuevo modelo económico más justo y mejor. Para tal objetivo, se
hace más que urgente educar y organizar al pueblo trabajador para que tome el
poder político de la nación en sus manos y desde alli impulse medidas
económicas tendientes a cambiar el desarrollo de nuestra patria.
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