Juan
José Ríos Ríos
Rompe récord
la fecha del 19 de septiembre en cuanto a repeticiones de fenómenos naturales,
como lo es el sismo del 19 de septiembre de 1985 y, aunque con algunas horas de
diferencia e intensidad, lo volvimos a vivir y revivir en toda su intensidad en
los sonidos y movimientos que genera un temblor de tierra. Como es del
conocimiento público, el epicentro del temblor de tierra registrado el 19 de
septiembre del 2022 a las 13 horas con cinco minutos fue localizado en
Coalcomán, Michoacán; pero se dejó sentir en una buena parte de la geografía de
nuestro país.
A nivel Costa de Jalisco, fue en
Puerto Vallarta donde se informó de afectaciones en algunos de los hoteles y
algunos otros inmuebles, fugas de gas y de las tuberías del agua potable en
algunos puntos, según se dijo. De El Grullo, Jalisco, un templo perdió una de
sus cúpulas, en la ciudad de Colima hubo afectaciones en inmuebles de tipo
comercial, caída y rotura de cristales, decidiendo, por parte de la Gobernadora
de esa entidad, Indira Vizcaíno, la suspensión temporal de clases, a fin de
realizar previamente una revisión de los planteles educativos.
Al momento de redactar esta nota, se
había dado cuenta de la ocurrencia de 125 réplicas, la más fuerte en Tecomán,
Colima, de 5.1 grados de intensidad y registrado al sur de la población a las
14:30 horas de esta fecha. El sismo tuvo una duración de dos minutos con 44
segundos, y ocurrió poco tiempo después a la realización del simulacro de
evacuación que, de manera obligatoria, se debe de realizar año con año con la
fecha 19 de septiembre, cuando en este ejercicio ciudadano guiado por personal
capacitado, generalmente de Protección Civil, se había practicado en un tiempo
promedio de 3 minutos, y ya en el momento del temblor el tiempo bajó a dos
minutos con 40 segundo, por lo que se considera que esta tarea se debe de
llevar a cabo con mayor responsabilidad de parte de los que se involucran,
cuando el tiempo y la seguridad es lo que cuenta.
Habrá que agradecer al Creador de
Todo la buena fortuna que nos acompañó esta vez, los daños materiales son
resarcibles, el susto nadie no lo quita, muchos revivimos en los recuerdos los
movimientos ocurridos el 30 de enero de 1973 y del 19 de septiembre de 1985,
además de otros de los temblores registrados años más atrás, pero que, en lo
personal, estas fechas están más presentes no sólo por la impresión, por los
daños causados, la pérdida de vidas humanas, sino por los resultados que nos
arroja el vivir este tipo de experiencias y vivir para contarlo, por lo que
justo es decir. ¡Gracias a Dios!
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