Juan
José Ríos Ríos
En lo
que va del año no se ha conocido campaña alguna que tienda a proteger de las
enfermedades que transmiten los moscos (zancudos) a la población. En otros
tiempos y previo al temporal de lluvias, normalmente se emprendían campañas
denominadas de descacharrización, consistentes en invitar a los ciudadanos para
que se deshagan de cacharros y otros artículos que generalmente se acumulan en
patios o azoteas de las casas, favoreciendo la acumulación de agua o de humedad
y con ello la aparición de los moscos transmisores de enfermedades.
También han disminuido las entregas
del material, que brigadas de personas enviadas por el sector salud de Ciudad
Guzmán, se proporcionaba a las familias, casa por casa, para ser colocadas el
aljibes, pilas y otros depósitos de agua de uso doméstico, a fin de evitar la
aparición de los moscos que transmiten el dengue y otras en enfermedades que
afectan a los humanos, situación que se desconoce por qué se está dando cuando
las plagas de estos insectos se tienen presentes en muchos puntos y hogares de
la zona urbana.
Recientemente los vecinos de la
colonia Gándara Estrada, manifestaron su preocupación por las afectaciones y
riesgos que están sufriendo por la construcción de una obra en la que se
acumula el agua del subsuelo, que aparte de llevarse a cabo en contra de su
voluntad, de no haber sido considerados
en su opinión por las autoridades municipales, según lo denunciaron, están
corriendo el riesgo por que las condiciones existentes en la cercanía de sus
casas habitación tienen ese foso lleno de agua, a la intemperie y facilitando
la aparición de fauna nociva.
Bueno fuera que las autoridades de
salud en el municipio se dieran una vuelta por el lugar para conocer la
situación, dialogar con los vecinos y considerar medidas que eviten, cuando
menos, que éstos no se vayan a ver más afectados por las plagas que pueden
estarse desarrollando en el foso cavado para el proyecto aprobado por el
Cabildo y en el que se afirman se autorizaron 6.5 millones de pesos, hacer lo
que les compete en bien de los habitantes de la colonia Gándara Estrada, ante
los oídos sordos que a sus quejas ha interpuesto la autoridad local.
Hay otras colonias en donde el agua
también se encharca debido al mal estado de sus calles, que se han convertido
en verdaderas albercas por el tamaño y que cada que llueve crece debido al paso
de los vehículos y porque nadie, cuando menos, los achica. Tal es el caso de la
colonia La Providencia, cuyos moradores también sufren problemas en el interior
de sus domicilios debido a que cada tormenta fuerte que se precipita en la
zona, las aguas del drenaje brotan a través de los sanitarios y registros.
También la maleza, la vegetación que
suele crecer en áreas verdes o baldías que hay por muchos rumbos de la ciudad,
incluidos los camellones o parques urbanos de las colonias, se convierten en
cada temporal de lluvias en criaderos de fauna nociva, como los moscos, en lo
que se ha apreciado una tardanza muy notoria por parte del área responsable de
mantenerlos en condiciones de seguridad y limpieza para los ciudadanos. Por
todo lo antes dicho se entiende que hay mucho por hacer, que es poco o nulo el
interés por proteger la salud y el bienestar de los ciudadanos, se dedica mal
tiempo a la promoción y lucimiento de funcionarios públicos, que a cumplir con
su obligación, servir a quienes dicen representar.
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