Juan
José Ríos Ríos
El Volcán/Guzmán
Hace ya
32 años que surgió y opera la Escuela de Charrería López Díaz, por la zona del
Apastepetl en el Municipio de Zapotlán el Grande. Aquí se han formado varias
generaciones de niños y jóvenes en las tradicionales artes de la charrería y
monta a caballo, alumnos no solamente de varios puntos de Jalisco y de otros
estados, también muchos que viven y vienen a formarse procedentes de los
Estados Unidos de Norteamérica, todo bajo el diestro y responsable director de
esta institución, don Mario López Díaz.
“Hemos tenido grandes satisfacciones
desde que iniciamos la escuela de charrería, que trae la dinastía Díaz, donde
todos nosotros aprendimos y ahora estamos inculcando a las nuevas generaciones
para que aprendan lo que es nuestro deporte nacional”, dijo al respecto Díaz
López, agregando que lo que ellos transmiten no se debe de perder, su esencia,
que representa a México en otros países, porque el que se viste de charro se
viste de México y se viste de Jalisco.
En esta tarea tienen trabajando 32
años y de la que ya han surgido 32 generaciones, con alumnos de toda la
república y de los Estados Unidos. “Una escuela que ha tenido alumnos desde
Canadá, de China, un japonés, hemos tenido de varios países, da mucho gusto que
los niños y jóvenes se sigan interesando en la charrería porque en estos
tiempos son pocos los que se interesan por ello, a los papás ya no les interesa
que los hijos aprendan o no, aquí tenemos hijos de ganaderos, gente de campo,
pero a veces no se inspiran a mandar a sus hijos a que aprendan”, comentó.
Consideró que son los niños, sus
alumnos, los que motivan a sus papás para que les permitan y los llevan a
recibir su capacitación de andar a caballo, indicando que esta disciplina les
ayuda mucho en su formación como personas, futuros ciudadanos. “Ha habido niños
que vienen de los Estados Unidos que no se podían acoplar, extrañaban mucho a
la mamá, y después de una semana comenzaron a trabajar y ahora son unos grandes
charros, profesionistas, les sirvió muchísimo el haberse despegado de la mamá,
es algo muy importante”.
Don Mario López Díaz dijo que no
todo es manejo de reata o monta a caballo, también participa un psicólogo, les
enseñan a bailar, la talabartería y un veterinario. “Es completa la
experiencia, más que nada les dan valores, que es algo que no debemos dejar que
se pierda, porque muchos niños vienen sin estos valores, a veces nos cuesta más
trabajar con ellos, de la forma de conocer los valores que deben de seguir y
muchos papás nos dicen que si su hijo no aprendió charrería, sí cambian como
personas”, abundo.
Esta escuela ha tenido el apoyo de
muchos sureños, entre ellos Salvador Barajas del Toro, apadrinando algunas
generaciones de egresados y que los sigue apoyando ahora que es presidente de
la Unión de Asociaciones de Jalisco concluyó Mario López Díaz.
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