Juan
José Ríos Ríos
Algo
que ha minado mucho la credibilidad de los políticos, de quienes en este
terreno-tan fértil- llegan a ocupar cargos públicos a través de las facultades
que por sistema se han otorgado a los partidos políticos y a quienes los
controlan, es la falta de congruencia, por las mentiras y artimañas a las que
incurren una vez que tienen la calidad de funcionarios, sobre todo en la
condición de ejecutivos, en sus tres niveles.
En un ánimo de romper estas cadenas,
los ciudadanos han dado su voto a las personas que prometen gobernar con un
propósito distinto a lo que se ha venido haciendo en las últimas cuatro
décadas, cuando colores de partidos y gobernantes en turno han caído en lo
mismo, incluso superando lo hecho, en cuanto a rapiña y cargas para sus
“representados”, pero que, con la llegada de Andrés López Obrador a la
presidencia de la República, los ciudadanos de a pie creen y esperan que los
cambios se vayan dando en otros niveles, como son estatal y municipal.
En Zapotlán el Grande, ahora que por
primera vez hay un gobierno de un partido chico, el Partido del Trabajo (PT), que
siempre andaba de “pegote”, como se dice coloquialmente, con partidos e
ideologías distintas, para sobrevivir en el ámbito político partidista, quien
encabeza el gobierno y el partido mismo, tiene la oportunidad de demostrar que
piensa, actúa y será diferente a lo que ha habido antes, sobre todo comprobar
si hay congruencia en lo que decía, cuando en calidad de regidor propietario,
era oposición a la mayoría gobernante en Zapotlán el Grande, por el Movimiento Ciudadano (MC).
En esa situación se encuentra el
Presidente Municipal Alejandro Barragán Sánchez, de demostrar que quiere romper
esas cadenas, hacer las cosas bien, como se necesitan y, sobre todo; demostrar
que tiene congruencia, que está con quienes creyeron en él, en ese sentido,
aunque en la actualidad y en lo que lleva de su administración, no ha dado
muestras de tener un proyecto de gobierno y él mismo se pone de modo para que
le señalen su errático proceder, incluso haciendo lo mismo en las sesiones de
ayuntamiento al oponerse a todo, cuando se requiere gobernar y trabajar en
equipo, haciendo que el resto del cabildo, que no es de su partido, demuestren
de qué están hechos, no como opositores a él, sino desquitando lo que cobran
sirviendo al pueblo que decían - en campaña - iban a hacer, porque parece que
ya se les olvidó.
A punto de cumplir su primer año de
gobierno, cuando ya se habla de que se está preparando para rendir su primer
informe como responsable del municipio, Barragán Sánchez tiene la oportunidad
de demostrar de qué está hecho, qué tan congruente es en lo que fue como
regidor y en lo que ahora es, como alcalde, un servidor público que tiene la
oportunidad – que pocos tienen – de cumplir sirviendo a la población, sobre
todo a los que menos tienen o a los que han resultado más afectados por
decisiones del pasado reciente, porque de otra manera, nos preguntamos…¿Qué
informará?.
Si es congruente, como primera
medida y ahora que entrará en estudio,
análisis y discusión la Ley de Ingreso del municipio para el 2022, debe de
considerar el renglón del pago de impuestos predial y del servicio de agua
potable, porque lo hecho por la pasada administración fue brutal, aumentando en
porcentajes que superan el 50 por ciento dichos impuestos, nada más porque les
fue sugerido por las haciendas federal y estatal, qué obedientes, perjudicando
a miles de ciudadanos de Zapotlán el Grande, que en enero pasado se quejaron y
reclamaron, sin eco alguno. Palo dado, ni Dios lo quita, dice el refrán.
Además, Barragán Sánchez, por el
bien de toda la comunidad, debe de reconsiderar su postura arrogante, es
servidor público, no el dueño de los recursos públicos y para asumir su calidad
como el que todo lo puede, el que todo lo sabe, tiene un muy considerable
número de regidores que cobran y no se sabe qué hacen, y lo poco que proponen se les rechaza porque
él tiene mayoría, es decir, está actuando igual que siempre, debe darles la
oportunidad para que demuestren de qué son capaces, qué tanto compromiso tienen
con los ciudadanos, para que dejen de asumir posturas partidistas, porque hasta
ahorita es lo que han hecho algunos, qué decir de las personas que cobran como
“coordinadores generales”, bien pagados a cambio de ¿qué?.
Hasta el momento, lo gastado en “obras” públicas, deja mucho que desear, hay que ver las calles, qué dicen los vecinos de la colonia Gándara Estrada, por el problemón que denuncian les ha provocado con una obra que dicen costará 6.5 millones de pesos, los vecinos de La Providencia, cuando se va a pavimentar con concreto hidráulico calles que no son prioridad, mientras que en la ciudad abundan pozos, tierra, maleza y abandono. Al alcalde, no le gustan las críticas, como a todos los que le han antecedido en el cargo, pero él da margen a ello por la postura adoptada y por como está actuando, se cierra, se niega, ha mentido y, de seguir así, no pasará a la historia de alguien que hizo algo mejor, diferente a lo que heredó y que incluso prometió, hay mucho qué agregar, pero el cambio de rumbo y de actitud está en él, le quedan dos años y pico más. Allá él.
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