Juan José Ríos Ríos
El señalamiento hecho por el
doctor Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción
de la Salud, en el sentido de que son un gran engaño los consultorios que se
encuentran en farmacias, pues su único propósito es vender
medicamentos y no atender problemas de salud de importancia mayor, sin
duda alguna tiene muchos fundamentos y más de algún “especialista” en temas de
salud ha cuestionado, dándole un sesgo al tema con otros tientes.
En
la realidad, en este tipo de consultorios, a donde acuden muchos ciudadanos que
tal vez no cuenten con los beneficios que otorga el Sistema Nacional de Salud a
través del IMSS, ISSSTE y centros de salud que hay en casi todos los pueblos y
ciudades, y sin duda otros que, teniéndolos, se les hace más fácil, dedican
menos tiempo y esfuerzo yendo a solicitar cita para que se les programe en una
determinada fecha, optan por ir a consulta a estas farmacias.
Nos
consta que en un inicio las consultas se cobraban a 30 pesos, que se cubrían
ante el propio médico que atiende en estos consultorios, o bien en la farmacia,
lo que se ha incrementado en el orden de los 50 y hasta 60 pesos, por consulta,
por la cual se prescriben medicamentos que se sugiere se adquieran en las
farmacias que los contratan y que tal vez no los encuentren en otra, con lo que
quien sale ganando es el dueño de la farmacia, medicamentos que generalmente
son de los denominados genéricos, que tal vez tengan o costo menor a otro de
los de patente. Además, 60 pesos por consulta, son menos que los 800 o mil 500
pesos que cobran en consultorios privados, por ello mucha gente, de escasos
recursos, cae aquí.
Retomando
el tema, el subsecretario señaló que los doctores de estos consultorios no pueden
atender o resolver enfermedades o padecimientos,
como diabetes, hipertensión o enfermedades cardiacas, por lo que
advirtió que se pone en peligro la salud y la vida de las personas que acuden a
estos consultorios, en los que se puede ver que en realidad es un gran engaño,
quizá resuelven una pequeña gripe, un dolor de cabeza, una diarrea, un problema
de salud de corta duración que afecta a la población principalmente sana.
Agregó
que se ha documentado en las investigaciones del Instituto Nacional de Salud
Pública cómo se ha incrementado las consultas en esos espacios, pues la cuarta
parte de las consultas que ocurrían en 2012 y la tercera parte ahora con Covid
ocurrieron en consultorios adyacentes a farmacias. Señaló las precarias
condiciones en las que labora el personal médico en esos consultorios, tienen
contrataciones eventuales, no cuentan con Seguridad Social, además de la
presión de ser agentes de ventas y al recetar a sus pacientes los medicamentos
que se tienen en la farmacia.
Expuso
que en algunos consultorios de este tipo a personas contagiadas de Covid se les
recetó de manera inadecuada antibióticos y esteroides que causaron complicaciones,
e incluso la muerte.
En
resumen, se puede decir que si lo dicho por el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, es producto de las
investigaciones hechas por el Instituto Nacional de Salud Pública, tiene sus
fundamentos sólidos y, en bien de la salud de pacientes y los mismos
profesionales de la salud que trabajan en este tipo de consultorios, es una
realidad tangible que tiene que tomarse en consideración por unos y otros. Se
ha conocido que hay negocios que prestan varios servicios de atención a la
salud, en donde mezclan pacientes con algún tipo de enfermedad, con otros que
portan o sufren contagio de COVID.
Lo
deseable es que el Sistema de Salud Pública en México sea para derechohabientes
y población que no lo es, ya se ha anunciado esto como una realidad por lo que
todo enfermo que requiera atención debe acudir a consulta médica en clínicas
del IMSS o ISSSTE, lo que no se ha promocionado de una manera más afectiva, si
es que ya está en marcha el programa, para que el beneficio sea de manera
general protegiendo la salud de todos. En cuanto a los médicos, se ha dicho que
hay vacantes que no se han cubierto y, como profesionales de la salud, merecen
no solamente un pago justo, no estar sujetos a contrataciones eventuales, que
cuenten con Seguridad Social, además libres de la presión de ser agentes
de ventas y al recetar a sus pacientes los medicamentos que se tienen en la
farmacia.
Por ello consideramos que lo dicho por López Gatell-Ramírez, se basa en hechos y no con el ánimo de lastimar a los profesionales de la salud, como se quiere hacer creer, aunque el engaño considerado por el funcionario, forme parte de las acciones a que les obliga a incurrir con sus pacientes, con más ánimos de lucro por los contratantes, que de proteger la salud de quienes acuden a este tipo de consultorios.
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