Fernando
G. Castolo*
Volviendo
al histórico episodio en que nuestro coterráneo Chucho Marín auxilió al joven
brigadier de una herida mortal; joven que, a la postre, llegaría a la
Presidencia de la República, ahora nos resulta lógico el apoyo que, para
culminar las obras materiales del Mercado Municipal, realizara Lázaro Cárdenas
del Río.
En
una visita que el mandatario hizo a Ciudad Guzmán (la tierra nativa de su
salvador Chucho), ofreció su ayuda incondicional para aventajar las obras del
recinto comercial. Era el año de 1939 y solamente faltaba techar el Mercado.
Entonces, Cárdenas del Río ofreció su auxilio obsequiando las respectivas
vigas; a cambio, solicitó un único favor: que el Mercado Municipal llevara el
nombre de su admirado amigo de batallas revolucionarias Paulino Navarro.
Y
es que, el autlense personaje, pereció en aquella batalla, que tuvo
verificativo el 23 de diciembre de 1923; batalla, recordemos, en que Lázaro
Cárdenas resultó gravemente herido. Por esa razón, nuestro Mercado Municipal se
llama, desde 1939 en que fue terminado, Paulino Navarro. En ese mismo año, a su
pueblo natal se le rebautiza como Autlán de Navarro (mismo que, recientemente,
ostenta de nueva cuenta su primitivo nombre: Autlán de la Grana).
La
primera piedra, con que dieron inicio las obras de este inmueble, se depositó
en 1913, gracias al impulso del rico hacendado y médico de profesión don
Eustaquio Mendoza Ruiz. Al tiempo en que llegó don Lázaro Cárdenas del Río,
quien encabezaba la respectiva comisión pro Construcción del Mercado era el empresario
papelero don Salvador Fuentes Trujillo (hermano del célebre violinista don
Aurelio Fuentes Trujillo). Don Vicente Preciado Zacarías recordaba que Lázaro
Cárdenas también nos apoyó con múltiples libros para conformar la Biblioteca
Pública Municipal.
Llegaron
en un vagón del tren. Entonces, el municipio dispuso de varios trabajadores
quienes, en carretillas, trasladaron los libros de la estación de los
ferrocarriles hasta la Presidencia. A esta biblioteca se le impuso el nombre de
"Mauro Velasco", personaje que también conoció al general y con quien
entabló una respetuosa relación. Indirectamente, estas acciones que Lázaro
Cárdenas realizó en beneficio de los guzmanenses, se lo debemos a nuestro
ilustre coterráneo Chucho Marín, cuya oportuna intervención médica le salvó la
vida a quien sería Presidente de la República.
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