Juan
José Ríos Ríos
El
Volcán/Guzmán
Ante el
descrédito en que ha caído el Partido Revolucionario Institucional (PRI), sobre
todo por el actuar de su actual dirigente nacional, Alejandro Moreno que, de
acuerdo a la difusión de video llamadas que se han hecho públicas, han
contribuido a su mayor deterior como institución política, es considerable que
la reivindicación del tricolor tendrá que darse desde los municipios y los
estados, siempre y cuando se hagan los cambios exigidos para frenar un poco la
caída a nivel nacional.
En el descrédito en que se ha sumido
al PRI, tiene mucho que ver también el hacer y quehacer de expresidentes y
exgobernadores que por el tricolor mantuvieron el poder en el país, cuando su
calidad moral se ha exhibido públicamente también, y algunos están sujetos a
procedimientos legales y otros ya tras las rejas, aunque no son todos los que
están, ni todos los que son.
Así y contemplando los pocos actos
que a últimas fechas se han celebrado en dos entidades, una de ellas, Jalisco,
y considerando que no todos los priista son iguales y mucho menos tienen la
culpa o son responsable de lo ocurrido, cuando todavía hay militantes y
simpatizantes que no se han cambiado de partido y siguen firmes en la trinchera
del tricolor, es posible que el ir reposicionándolo como alternativa política,
ocurra desde lo que se haga en los municipios y en los estados, reivindicando
con ello al PRI.
Reivindicar significa “Reclamar o
pedir con vehemencia y firmeza una cosa a la que tiene derecho y de la cual ha
sido desposeído o está amenazado de serlo”. Y el derecho a reclamar, que se ha
vedado mucho los verdaderos priístas, tanto por imposición como por tibieza, o
porque quienes reclaman, no son oídos o tomados en cuanta, por el contrario, se
les retira de una manera absurda y hasta grotesca por quienes se sienten dueños
del partido, les corresponde precisamente a los fieles, a los simpatizantes, a
los que dan la cara, trabajan y a cambio no piden NADA.
Se ha hecho público a nivel nacional
que los que controlan al PRI no son ni sus dirigentes, muchos menos sus militantes,
éstos son títeres y convenencieros que han sido puestos o apoyados por quienes
lucran con el poder, a través de la política y los partidos, muchos lo saben,
ha salido a la luz pública y sin embargo, callan, esperan, sumisos, a ver qué
se va a decidir al respecto, incluso por quienes en otros tiempos ocuparon
cargos de dirección, deben ser otras gentes, nuevos personajes y no los mismos
de siempre.
Ya basta de Madrazos, de salinistas,
de madrilistas y otros tantos priistas, el llamado grupo Atlacomulco y sus
secuaces, han dado al traste con el partido, apoyándose en otros partidos que
han seguido el mismo rumbo y con peores resultados para el país y los
mexicanos, mediante alianzas por las que Van por México y por todo lo que queda
de él, menos para mejorar las condiciones de vida de los mexicanos, sí para
seguir medrando y entregando bienes nacionales a extranjeros y una sarta de ladrones
que los acompañan.
La pregunta es si en Jalisco, como
estado, y sus municipios, en donde aún late, con pulso débil, pero late, el
corazón de los que se la juegan con el PRI, se deciden a actuar con menos
dependencia, con más libertad, con coraje para quitarse el vasallaje en que se
les ha tenido, para comenzar a iniciar el proceso de reivindicación, de otra
manera, ni con oxígeno, el PRI, como partido, podrá volver por sus fueros,
deben tomar la bandera de servir, trabajar y luchar por mejorar las condiciones
de vida de los mexicanos, el desarrollo y progreso del país, sobre todo cuando
ya se demostró que hay dinero para ello y para más, lo que en otros tiempos
pasó a otras manos, incluso endeudando al país, sin beneficio público alguno.
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